Yo no sé si crear o destruir.
Últimamente he hallado una particularidad en el número tres; sí, el número tres, siempre me acompaña, siempre me persigue.
A las tres, a las tres a.m a esta hora siempre llegan.
Es este el momento donde me visitan diversas entidades, llamándome a crear, a escribir, a pintar, a divagar en mar de letras o a sumirme en el abismo de la depresión.
Veo, siento y me acompañan fantasmas que rodean mi mente, me susurran ideas, me ofrecen colores, me invitan a bailar, me abrazan lo que anhelé en todo el día, me llaman a sumirme en la oscuridad de mi dolor, del gran dolor que guardo desde la infancia y solo habita en mi interior.
A las tres yo me hundo, me hundo en el caos, en la tormenta que retumba en mi cabeza, en los truenos que me paralizan y me alejan de la tranquilidad; a veces me desespero, en ocasiones simplemente me dejo llevar por las olas de la desesperanza y me pierdo en el laberinto de mi propia mente.
A las tres a.m sí, a las tres, hora de las sombras, de lo paranormal, de hablar con entidades del bajo astral que me visitan; sí, siempre me visitan diversas entidades del alma, pero yo, yo no sé si crear o destruir, si pintar o hundirme en el abismo de este dolor que no le pertenece a nadie más que solo a mí.
-Juth.
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