No llores…

Ya no llores por mi muerte,

ya no recuerdes las escaleras

donde di mi último suspiro.

¡Que melancolía el áspero ruido y la

entrada al fondo de la tierra.

¡Cuando  te cubre el desesperado silencio!

 Miraban los hombres impávidos mi viaje al centro de la tierra… ya no recuerdes  tu corazón roto ni aquella tarde de cielos rojos y amarga despedida.

Ya no  llores mi lejanía

ni el olvido de mi rostro…

Tu piel de arena ha vuelto ha ser nueva, tu crepúsculo, tu mirada hacia el cielo y tus pupilas han vuelto a ser mias.

Ya no llores… nos encontramos en él mismo tren y el mismo tiempo.

 Ha vuelto tu sonrisa y tu llanto… se ha hecho súbita alegria…eterno manantial corre en nuestras venas ¡ya han vuelto los rios y su caudal hondo y  silencioso.

Ya ha vuelto el verde a cubrir el desierto, cae la luz sobre los  campos, fresca está la fruta en tu boca amada mía!

Ya no llores la sequia, ya no llores la sed ni los negros juncos secos, tu y yo por ahora somos amarillo y verde, somos una triple cuerda en el árbol de la vida y nuestros nítidos pesares se han esfumado con el tiempo, 

se han ido con el viento seco

se han ido entre los cerros sedientos

Amada mia, ya no recuerdes

Aquel lejano mundo añejo.

El agua viva a colmado nuestras venas…

Todo él mundo es nuestro…

¡Somos eternos amada mía!