(Un diálogo con Ramón C y con mis propias esperanzas y temores ante la evolución de la textualidad digital)
-Un nuevo lenguaje escrito: uno que es híbrido y multimedia como nuestra vida cotidiana. Uno en donde se oye una guitarra o se pinta un cuadro mientras se conversa. Me encanta lo que dice Ramón C. y me gusta más después de notar que ha pasado una década desde su creación como elemento referencial del Club de Escritura.
-Un nuevo lenguaje escrito, con nuevas formas de analfabetismo, ahora digital. Creo que Ramón C era muy optimista.
-No, pero esta es una oportunidad: las narrativas transmedia lo conectan todo. Las redes sociales, las webs, las imágenes, los sonidos, la interacción, los medios tradicionales , los manuscritos. Así lo cuenta Carlos Scolari.
-Para las personas con el privilegio de una conexión. En muchos sitios de Colombia, en los colegios, por ejemplo, no hay conexión digital. Para mucha gente, leer o escribir frente a una pantalla luminosa es una rareza en 2025. Muchos niños y niñas colombianas, a diferencia de la de la hija de Ramón C, y de tantos chinos y japonesas, hoy se defienden con lo mínimo, con un lápiz tal vez, pero con gran ausencia de lo virtual.
-Pero a veces, unas pocas veces, hay conexión. Y esa escritura digital termina sirviendo a las organizaciones sociales, para las resistencias, para esas luchas que algún día pueden desembocar, por ejemplo, en una mejor conexión. ¿Has escuchado lo que dice Manuel Castells? ¿Leíste lo que analizó de la Primavera Árabe? Además, en las calles también se escribe y, desde lo táctico, se pone en jaque la estrategia: eso dice De Certau.
-Esas resistencias surgirían de cualquier manera, con medios digitales o sin ellos. Las personas encuentran la manera de organizarse.
-Puede ser, pero la metaliteratura, además, es una oportunidad para la belleza y para la bidireccionalidad de la comunicación. ¿Oíste hablar de un libro llamado De los Medios a las Mediaciones, de Jesús Martín-Barbero? Cada vez importa más lo que haces con el producto comunicativo, no el producto en sí mismo. Y cuando la escritura es navegable, multimedia y transmedia, cada quien vive su propia experiencia. Ya no hay que cerrar los ojos para imaginar lo que hay en el párrafo que leíste. Puedes ver mis cuadros, oír una guitarra, puedes oír mi voz y verme. ¡Además, la tecnicidad importa! ¡No es un mero accesorio!
-O por el contrario ya no puedes cerrar los ojos para imaginar. Tantos insumos no te dejan imaginar… Lo que antes era un insumo para que la mente volara, ahora poco deja volar la mente. ¿No te da terror que la plataforma multimedia se convierta en una cárcel multimedia? ¿Qué la escritura metaliteraria desemboque en una lectura subliteraria? ¡Que nos masacren la imaginación!
-Ah, ese temor lo reconozco. Es el mismo temor de Platón a la escritura. Era el mismo horror de Adorno frente a la vulgarización del arte solo por poder reproducir una canción desde un disco sin necesidad de escuchar a la sinfónica… ¿Ya no es la televisión la que embrutece si no la lectura de textos metaliterarios? Pero si ya ni los libros se leen como antes… ¿Has visto una feria del libro? ¡Por favor! ¡Sé un poco Walter Benjamin, sé un poco Stuart Hall, sé un poco Martín-Barbero! Ve creación y valor donde a veces solo se ve “lo vulgar”. Mira esta narrativa transmedia y esta metaliteratura con ojos de cultura popular… ¡O es que el cine no te hizo soñar alguna vez a pesar de ser masivo y multimedia!
-Pero si te he dicho que muchas personas de las clases más populares no tienen acceso a estos medios, a estas posibilidades. Que el ancho de banda no les da ni para escribir ni para leer metaliterariamente. Son víctimas de una nueva forma cruel de exclusión: de un nuevo clasismo digital que de lo único que entiende es de anchos de banda. Puede que, diez años después, un nuevo lenguaje popular se siga desarrollando on line, como dice Ramón C, pero hay otros lenguajes populares que se desarrollan off line al mismo tiempo, pues mucha gente en nuestros entornos, que tal vez está más cerca de lo que nos imaginamos, pasa su vida sin conexión a Internet…
-Ah, pero en ese momentito en el que un adolescente tiene señal… ¿Qué te hace pensar que estas nuevas escrituras y lecturas no obrarían un milagro semejante al que haría un libro tradicional en una biblioteca de un pueblo perdido, como el Aracataca de García Márquez? ¿Qué te hace pensar que ese poquito de señal no puede ser un Cinema Paradiso al que se meta algún niño sin boleta? Que esta opción ahora a veces está en el aire… basta con un poco de wifi. Frente a una escritura nueva tu ves nuevos analfabetismos y yo veo nuevas posibilidades de belleza por el aire… porque quien no entienda una palabra, disfrutará una imagen, una voz o un acorde.
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