LA TRAICIÓN DEL PENSAMIENTO

Podemos ser nuestro propio enemigo, cuando no somos

consciente de la distorsión de nuestro pensamiento.

Durante nuestros años de infancia somos muy sensibles a palabras, hechos o situaciones, que sin darnos cuenta originan cambios en nuestra manera de pensar y sentir con relación a nosotros mismos y hacia los demás. Estos cambios permanecen en nuestro mundo interno, generando emociones desagradables y conductas desadaptadas, y que si no descubrimos la emoción que nos lastima podrían durar toda una vida ocasionando conductas inapropiadas en nuestro entorno familia, social o laboral, siendo por ello, objeto de rechazo y castigo que lastimaría aún más nuestra autoestima.

Aprende de tu hermano mayor, eres un fracasado, mereces castigo por tus bajas notas; son una de las tantas comparaciones, etiquetas y amenazas, que recibimos de nuestros padres o maestros, que hieren en lo más profundo nuestra estima y generan resentimientos y trastornos del pensamiento. Muchas veces las ignoramos o guardamos silencio para aliviar la pena que llevamos adentro, creyendo que ocultando el dolor nos protegemos del sufrimiento, sin pensar que mientras más reprimimos, más profundizamos la herida.

Cuando avanzamos en la vida y nos enfrentamos a situaciones similares a las ya vividas, las emociones reprimidas despiertan y reviven desagradables momentos que hemos olvidado, pero no hemos superado. Ante esta nueva realidad nuestro pensamiento nos traiciona dando rienda suelta a una interpretación distorsionada de la realidad, que se repite una y otra vez ante hechos que recuerdan el dolor sufrido, despertando la ira que estimulan conductas agresivas.

En toda disfunción del pensamiento, casi siempre, subyacen emociones desagradables o heridas que han permanecido dormidas, pero que despiertan cuando interpretamos o creemos que alguien nos lastima.

No son los acontecimientos o lo que digan o hagan otras personas la causa de nuestro sufrimiento, si no cómo lo interpretamos y lo sentimos. Lise Bourbeau 2015

Etiquetas: reflexión

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