La Roca de Sísifo

Sísifo inventó lo que para él fue un juego: Después de eones que no paraban de repetirse, decidió entretenerse en su castigo. Él suponía que aunque fuese un condenado, no había ninguna cláusula en el veredicto de los dioses por la cual no debería de ocupar su mente con algún quehacer sin importancia en su eterna tarea.

Decidió tallar en una roca una marca y durante cientos de años, fue calculando su velocidad de tal manera que un ritmo constante le llevara a pasar por la misma roca exactamente cada 25 años, en su interminable círculo. Quizás lo hizo con la intención de entender mejor lo que para los mortales es el tiempo, cosa que él ya había olvidado. En un afán de buscar un significado satisfactorio, encontró que tanto para los dioses como para los hombres, el tiempo es un problema y además, irresoluble.

Independientemente del factor de la inmortalidad, la finalidad no se encuentra en la infinidad del número o la limitación del mismo, sino en las acciones. Dependiendo de ellas, lo que podría considerarse como resultados, se muestran en un camino a seguir o a ignorar.

Los dioses tienen la ventaja de que pueden acaparar todas las oportunidades, ya que podrán hacer todo lo imaginable tarde o temprano, de hecho, habría una tendencia a ese comportamiento, sin tener en cuenta sus intenciones divinas, acabarían haciéndolo de todas formas. De esta manera se demuestra que ningún dios tiene libertad. Podría decirse, que la única entidad con tal característica, es el tiempo en sí. El tiempo es libre, los dioses y la humanidad no.

Por eso es mejor ser humano que dios. Es un camino de decisión constante, preocupante y los hilos están contados en micras. Las acciones que se llevan a cabo se convierten en temas capitales, adquieren una importancia en la que los dioses no tienen que reparar, pero nosotros sí, y es ahí donde reside su valor y la multiplicación de su significado.

Sísifo entendió esto, y se sintió inferior a los hombres, mostró lástima por las deidades y vio más tormento en su castigo. Y cada vez que vuelve a pasar por esa roca piensa en la suerte de todos esos individuos que han cumplido 25 años, porque les queda menos tiempo y sus decisiones, errores y proyectos tienden a hacerse más espléndidos, alcanzando su éxtasis en la muerte, un punto y final del que los mortales son dueños exclusivos, formando un todo, una vida.