La llegada del griego

La llegada del griego

David I

18/10/2022

El hombre cerró la ventana. El olor a podrido se había dispersado. Como si fuera el aliento de Dios, las calles se llenó de una niebla espesa. Su perro lo miró y gimió desde su cucha.

Recalentó la sopa de verduras y apenas probó cucharadas. Le dolía la garganta, ni fumar podía. Se sirvió un vaso de agua y se mandó dos pastillas. El grifo latía como su corazón. Pensó que debía arreglarla mientras se acariciaba la cabeza calva.

Se acostó temprano. Estuvo toda la tarde puliendo la cara de Atenea y el casco de guerra de las dos monedas que le regalo un antiguo amigo griego.

Se despertó en medio la noche. Su cuerpo olía a humedad y desamparo. Prendió el velador y le dio un sorbo al vaso de agua, y lo dejo al lado de un viejo portarretrato y de las pastillas de morfina. Cerró los ojos y la canilla dejo de gotear.

En la calle se oyeron unos cascos acercándose.

El antiguo amigo tiró con sus manos flacas de las riendas para frenar a los caballos negros y abrió la puerta del carruaje.

Etiquetas: cuento

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