LA ESCRITURA COMO CONSTRUCCIÓN HIPERTEXTUAL

LA ESCRITURA COMO CONSTRUCCIÓN HIPERTEXTUAL

Una certeza me atraviesa en plena era digital. El lenguaje no muere, se adapta. La escritura no desvanece, se reactualiza en diferentes materialidades.

En el último tiempo mucho se ha debatido acerca del rol que juegan o que deberían tener las tecnologías digitales en la educación. A mi entender, estos recursos se han convertido en un combustible esencial para potenciar la enseñanza de la escritura.

Quiero proponer tres argumentos para defender mi postura favorable y optimista en el nuevo escenario en el que se desenvuelven las prácticas de lectura y escritura. Primero, creo que promover la enseñanza de la escritura como construcción hipertextual beneficia la creatividad. Segundo, definitivamente los seres humanos somos seres argumentativos. En la era digital, la argumentación es hipertextual, multimodal. Y, en tercer lugar, y sin lugar a duda, la enseñanza de la escritura y lectura, en cualquier nivel educativo, debe incorporar el uso de tecnologías digitales.

Con sagacidad y profundo sentido crítico, Ramón C. ha advertido sobre la radical transformación de la(s) escritura(s). El papel va quedando atrás como el soporte tradicional y hegemónico, y cada vez más personas de todas las culturas «se expresan y dialogan a través de fotografías, dibujos e imágenes animadas, a veces sin palabras». Nada más cierto por lo demás.

Este diagnóstico de Ramón provoca traer a un invitado especial: el concepto de hipertexto. Las escrituras y lecturas transcurren mayoritariamente frente a una pantalla. Allí ocurre también la fragmentación posmoderna, la crisis de los significados clausurados. Leer y escribir queda sujeto a ese vaivén líquido, como diría Bauman.

¿Qué es el hipertexto?

Dice Marina Vianello que navegar por un hipertexto es transitar por una compleja red en continua construcción y replanteamiento, articulada por nodos heterogéneos (imágenes, texto, video, gift, memes, emojis, ect) que a su vez se fracturan en otras redes. 

Esta red hipertextual no tiene una unidad orgánica, no hay un centro fijo e inamovible. Ramón C. lo confirma cuando dice que la gramática o sintaxis del hipertexto es incierta. Simplemente ocurre.

Pero no todo está perdido. Aún hay posibilidad de redireccionar intencionalmente la construcción lectora y escritural en medio de esta avalancha de sentido hipertextual. Y esta trinchera se levanta desde el ámbito de la educación en cualquiera de sus niveles.

Hay antídoto, mínimamente paliativo y en el mejor de los casos emancipatorio: promover la enseñanza de la escritura como construcción hipertextual beneficia la creatividad.

Promover la enseñanza de la escritura a partir de estos recursos en línea contribuirá a que los estudiantes puedan crear universos multimodales de acuerdo con sus propósitos, intenciones y necesidades de significar el mundo.

¡A por una edificación hipertextual intencionada!

No hay que alarmarse. Ramón C. lo confirma, «una historia es una historia», no importa si es contada oralmente, o con letras y otros recursos audiovisuales en la página de una tableta. Y una historia se cuenta siempre con una intención. Por ello, siempre estará vigente el arte, la literatura y por cierto la ciencia.

Los humanos somos seres argumentativos. Siempre lo hemos sido y lo seguiremos siendo: en la era digital, la argumentación es hipertextual, multimodal.

Una obra hipertextual, por ejemplo, también puede ser la construcción de argumentos discursivos coherentes.

¿Conoces el concepto de narrativa transmedia?

De este modo, los recursos educativos digitales no solo ayudan a potenciar las habilidades técnicas de escritura multimodal, sino que también pueden contribuir al ejercicio de la capacidad crítica de los estudiantes al enfrentarse a la producción de textos en diversos géneros.

El futuro es ahora mismo. La era digital ya está entre nosotros, prestándonos herramientas y también constituyéndonos como sujetos.

Queda de manifiesta que la enseñanza de la escritura y lectura, en cualquier nivel educativo, debe incorporar el uso de tecnologías digitales.

La escritura posee una esencia comunicativa que a lo largo de la historia se ha materializado en diferentes materialidades significantes. El paradigma escritural en la era digital plantea desafíos inéditos sin duda, pero al mismo tiempo oportunidades inigualables para hacer de la construcción de sentido un proceso mucho más estimulante y creativo.

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