Florecer cuesta

Ojos canela que matan, se enojan y llenos de tristeza eligen la furia para desahogar el alma, la mente decide por ellos, dejando atrás la opinión del corazón, atormentando el universo detrás de ellos, pensando en lo que está bien y en lo que está mal. 

Intentan no molestar a la flor, parece de piedra pero un solo roce la destruye, mantenerla encerrada, no ayuda, marchita sus hojas y detiene su proceso, claro está, no hace falta adentrar en la explicación profunda, pues florecer es lo que hace y necesita.

Tratar de hacerla sentir bien, tampoco sirve, entenderla, es difícil, pero no más que ganarse su atención por completo.

Los ojos, esos ojos deben estar alerta, pues la flor se asoma de vez en cuando y al igual que los bellos ojos admiran el todo, a la flor le encanta embobarse, nadie la culpa, a ella, no es complicado hacerla sonreír, esa media luna es perfecta, aunque no siempre dice la verdad, es experta en mentir que está bien y solo el sol sabe curar sus heridas desde la raíz.