Cuentos de la otra niña

LA OTRA NIÑA

Yo era la otra niña. La mala copia, la que sobraba, la que confundía al resto. Siempre en los juegos era la que estaba de más, menos en el estrecho margen de lo que nadie quería hacer. Entonces podía dar vueltas a la cuerda amarrada al árbol, mientras las demás saltaban. Veía como tomadas de la mano se alejaban con la verdadera hermana, a la que le hablaban al oído vestidas de gitanas. A la que elegían siempre para bailar de mujer. Mientras bajo el sombrero de hombre, borraba el bigote que me habían pintado con corcho quemado. Eso no era tan malo. Aislada, mis ojos se agrandaron con el tiempo y pude disfrutar de verlo todo. Una vez mi padre me dio una bofetada, porque era de mal gusto estar mirando a la gente, y ya no pude más que mirar mis zapatos. No importo, con cautela me paré en la punta de mis pies y seguí mirando con ojos de insectos.

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