La ultima carta

La ultima carta

Jairo Radilla

31/12/2017

Se llegó el momento, tengo que marcharme, no puedo seguir a lado de lo que me está destruyendo y arrastrando hacia el sufrimiento continuo que me causa «tu indiferencia». El daño que me ocasionas me obliga a partir hacia un destino desconocido que no logro comprender y tengo el presentimiento de que lo nuestro está por llegar a su final, como todo lo que un día comienza. Mi alma pide a gritos que me aleje pero mi corazón se niega a dejarte, pensaras en mi cuando me vaya, en las charlas sinceras que solo la madruga nos sabia regalar, cuando el vació de mi ausencia empiece a pesar tanto que no puedas levantarte, y escuches a las personas hablar de mí, para decirte que estoy bien, mejor que nunca, que el tiempo se encargó de curar las heridas que dejaste en mi corazón, pues al final lo único que necesitaba tan solo era darle tiempo, quizás te pregunten ; ¿qué les paso? pero no te preocupes, puedes mentir y decir que yo fui el culpable de todo, quien jamás te supo valorar, y que simplemente nunca fui capaz de darte todo lo que merecías para seguir a mi lado, que te cansaste de seguir con un perdedor, pero la vida es así, hoy estoy abajo y mañana espero estar en la cima, incluso cuando te regale mi vida entera, te quise por sobre todas las cosas, por sobre de mí mismo, lo que jamás supiste comprender.

Puedes pensar que te odio, pero te aseguro que, dentro de mí, no existe una gota de rencor en mi alma hacia ti, sería imposible, todos esos bellos momentos que me regalaste llegan como recuerdo de lo que un día vivimos, me enseñaste que puedo ser capaz de volver a entregar mi vida alguien más, y sacaste lo mejor mí, me convertiste en eso que juré nuca ser tan solo por verte sonreír, un tonto romántico capaz de escribir mil cartas de amor.

Sabes a veces solo pienso que lo único que necesito es tiempo, la mejor cura para las heridas del corazón, y no espero sin duda que regreses conmigo, no se puede perder algo que jamás fue tuyo, y tu nuca fuiste mía.

Pero hoy te comprendo, siempre pensaste que eras más de lo que un hombre puede merecer, te quisiste demasiado como para permitirte el lujo de que partieran el alma de nuevo, era demasiado y te comprendo, pero no puedo más, te escribo mi última carta para despedirme de ti, y terminar lo de nosotros.

Te lastimaron demasiado, tanto que partieron tu corazón y fue imposible repararlo, hoy me toca pagar por los errores que alguien más cometió. «Pero puedo decirte que así es el corazón, se rompe una y otra vez, y entre más se parte más cerca estamos de la oscuridad, más nos aproximamos al odio que nos causa una traición «.

Te juro que mis recuerdos jamás te dejaran ser feliz, todos los días, mañana tras mañana al despertar, entraran en tu mente, como los rayos de sol en la habitación que hace tiempo, dejo de ser tuya, pues no comprendo desde cuando dejaste entrar a otro en las puertas de tu alma, si se suponía que la única llave la tenía yo, no había que preocuparse de que algo así sucediera, o al menos eso parecía.

¿Desde cuándo me volví tan adicto a ti? ¿en qué momento dejé de pensar en mí y empecé a creer en nosotros? en una vida juntos. Explícame en que momento empezamos a caminar por distintos senderos. sabes… prefiero no recordarlo.

Hoy Por la mañana, mientras salía caminar por el parque de la ciudad, fue imposible no ver la forma perfecta de besarse de aquella pareja, el amanecer frió al lado del lago, la resplandeciente mañana, y la intensa manera de entregarse de esos 2, me hizo recordar la noche que por primera vez fuiste mía, el momento perfecto cuando me sentí completo por primera vez en la vida, el instante en el que tus piernas se convirtieron en un bello laberinto que mis labios cruzaban sin basilar, para poder llegar a la gloria perfecta que yacía entre tus piernas, el instante maravilloso en el que tus manos recorrieron la avenida de mi espalda, que hasta el momento parecía intacta, esperando el sentimiento perfecto pero abrirse a las entrañas del amor, un camino que solo tus tiernas manos sabían cómo recorrer.

Supe desde entonces, serias siempre mi único amor, el amor que hiere, que te lleva al cielo y cuando estas en lo más alto te suelta, te deja caer hacia un vació del cual sientes que es casi imposible salir, del que te aferras a querer dejar, un amor adicto, de esos que te complementa sin que te llegues a dar cuenta; hasta que no están.

¿Por qué?

El amor es así, una fuerza que te libera de las duras cadenas de la soledad, que te mantienen preso en el alma de los corazones rotos, una fuerza que cuando se detiene, duele. Y sientes que el alma se te arranca del cuerpo para hundirte en la miseria.

Pero no vales la pena, las mejores personas son esas que están dispuestas a caminar contigo con rumbo a tus sueños y los mejores recuerdos son aquellos que alguna vez ya habían quedado en el olvido.

Entiendo que será difícil encontrar alguien más, mis expectativas contigo superaron a la realidad mi ser, y me vengo abajo cada que tus recuerdos llegan a mi mente, cuando tu retrato pegado en la pared me recuerda lo feliz que hacías, pero me tengo que ir ti y de tu maldita indiferencia que me ahoga, solo me queda despedirme y desearte lo mejor. Al final de todo todavía te sigo amando. !ADIÓS¡

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