Un día gris él escapó y no pudo regresar, el dolor se apoderó de él
de su mente y corazón.
 Su alma sangrada y sin libertad
con alas negras de dolor, cicatrices que en su corazón reflejaban el horror, d
e un príncipe azul, que escondía en su sonrisa el final de su juventud, su destino escrito estaba ya, nunca vio la luz, aunque quiso obedecer hasta el final de su juventud, su destino escrito estaba ya.

Trastorno bipolar, sin nada en qué pensar, no hay razones para seguir respirando. Aunque vivo ya no esté, mi existencia continuará, no hay razones para seguir respirando.

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