¿Que dices? Que tienes ganas de cruzar por encima de mis pensamientos. ¿No lo ves? La fiebre me dejo mal trecho, deberías aprovechar. La pena de quedarnos juntos ha ninguneado mi historia, las historias de luz y mis sonrisas las ha quebrantado este maldito cubículo de pretensiones y celos que nos pintan en cuadros, adornos para colgar en las paredes de la memoria, si, esa memoria que jamas podremos borrar. Que extraño, siempre volvemos a lo mismo, nos abrazamos al grado de sentir un fuego que carcome nuestras anclas, las anclas que nos aparcan en el quedarnos o despedirnos… Me acerco a tu boca de infierno y cada vez siento menos ganas de besarte tiernamente para terminar con el disgusto; ¿que no vez que nos hemos quedado vacíos? Dime, ¿podrás tu leer la historia de nuestras vidas sin llorar? ¿podrías soportar el cuento de nuestro amor que ya se volvió propio de una fabula de Jean-Paul Sartre? Nos hemos quedado sin nada, enterrados en este infierno y no se si hoy quedarme a tu lado o volver a incendiarnos después. «El infierno son los otros», el purgatorio sos vos.

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