LA GUERRA Y LOS CANALLAS * (Fragmentos)

…“¿Tu crees que esta guerra ira mucho mas lejos? Tu mirada parece temerlo. Pero hare el intento de tranquilizar esa parte de ti y de todos nosotros que fácilmente no tendrá sosiego nunca, aunque bien pronto silencien los cañones de la artillería, o la boca de los numerosos fusiles de variados calibres: Esta guerra esta casi terminada. Va a terminar pronto. Los señores que no quieren sentarse a negociar hoy, tendrán que hacerlo mañana, pese a sus principios, pese a sus agrandados orgullos, y quizás pese a sus mismas voluntades también. Ahora que lo pienso, creo que no llegare a ver ese afortunado y nefasto episodio a la vez amigo mío. Posiblemente la muerte me llame a la puerta y me haga cerrar los ojos, antes de que este viejo pueda ver como tres criminales alucinantemente cínicos, se sientan en una mesa, casi a empujones dados por distintos y “desinteresados” actores del mundo, para firmar el entendimiento y reconocimiento mutuo que no van a poder evadir mas. ¿Podremos aspirar sinceramente a que tres canallas, puedan respetar las palabras y el sentido de lo que acuerden entre si, para el beneficio de todos? Tu mirada franca, parece señalar con pesar, que tú como posiblemente muchos otros, no podrías responder positivamente a tan curioso acertijo. Pero debo decirte a la vez, que a la mejor respuesta de una pregunta tan compleja, deberemos apelar quienes estemos cansados de ver tantas lágrimas en los otros, como también quienes obligados hemos sido continuamente a temer lo peor. El pensar que los protagonistas de la paz alcanzable y próxima del hoy, hasta hace bien poco y ante sus numerosos seguidores, ningún inconveniente tenían al hacer llamados al odio y a la segregación; mientras que también veían posible negociar secretamente el como repartirse distintos territorios y recursos para perjudicar al mas débil o menos calculador de sus contrincantes; o simplemente buscaban como logar hacerse con el poder suficiente para aplastar a unos y otros, no alimentara las esperanzas casi agotadas, de un pueblo que mas tiempo resignarse no debería a envilecerse, con semejante tragedia sobre sus espaldas y con tal puñal en su corazón…