Esa mañana me desperté como de costumbre desde hace algunos meses con un terrible dolor de cabeza, hubiera preferido quedarme en casa a tener que ir a trabajar pero esa no era opción. Así que me levante tome una ducha me cambie y baje a desayunar. No tenía tiempo para mates así que un café con leche con un sándwich fue suficiente. El dolor de cabeza seguía y la calle no hizo que mejorara. Llegué al trabajo subí a mi oficina y para peor era uno de esos días en que todo es una locura pedidos y mas pedidos. Mi trabajo consiste en supervisar que los pedidos a la empresa lleguen en tiempo y forma. Básicamente es una empresa de insumos varios a la que le ha ido muy bien durante muchos años y me enorgullece ser parte. A veces también me toca supervisar los eventos anuales de caridad, dinero extra que nunca viene mal. Sin embargo, el dolor de cabeza seguía ahí no me dejaba en paz a pesar de haber tomado una aspirina. De repente, algo me vino a la mente. Algo que hacia meses le estaba dando vueltas en mi cabeza y debía tomar una decisión cuanto antes esto no podía dilatarlo mas pero por otro lado significaba un cambio no menor en mi vida personal y por eso no terminaba de decidirme, bueno hoy sería el día . Hoy cuando volviera a casa se lo diría. El día se hacia mas largo que de costumbre parecía que llovía trabajo, por suerte el dolor de cabeza se iba disipando. Al mediodía decidí no ir con mis compañeros almorzar quería terminar cuanto antes e irme de ahí. A eso de las cuatro de la tarde tenía todo encaminado y la mayor parte terminada. Así que me fui pero todavía no quería volver a casa. Llame a una amiga para ir a tomar algo. Su respuesta fue te espero en el café de siempre. Nos pedimos una merienda para compartir teníamos hambre, charlamos sobre nuestros trabajos, discutimos nuestros futuros proyectos, viajes. Me contó que planeaba mudarse porque donde vivía le salía muy caro y quería estar mas cerca de sus padres, una casa en la costa frente al mar sería lo mas adecuado, me dijo. En un principió me sonó magnifico un cambió positivo pero luego de que nos despedimos recordé que sus padres no viven en la costa pero pensé tal vez se equivocó, no le di mucha importancia. Bueno eran mas de las ocho de la noche, después de despedirme de mi amiga me fui a caminar a tomar aire re ordenar mis pensamientos pero ya estaba tomada la decisión. Así que me dispuse volver a mi casa. Llegué y note que las luces estaban apagadas me pareció raro Phillipe debió regresar del trabajo hace horas. Abrí mi cartera para buscar las llaves y me di cuenta que no estaban me empecé a desesperar hasta que pensé me las debo haber olvidado en la oficina, y recordé que siempre dejábamos una copia de la llave debajo de la maceta por las dudas. La busque abrí y entre a mi casa empecé por encender las luces del pasillo y la cocina un silencio espectral reinaba me asuste. Empecé a llamar Phillipe estas en casa debemos hablar. Nada, silencio. Phillipe estas en casa no es divertido. Me entró un miedo en los huesos terrible, Phillipe no era de hacer bromas ni de llegar tarde a casa. Empecé a subir las escaleras para ir al baño cuando de repente siento un ruido que viene de nuestra habitación, otra vez llamo a Phillipe y nada. Enciendo la luz de la habitación y no podía creer lo que veía. Un charco de sangre caía de la cama Phillipe estaba muerto y al costado del cadáver mi amiga parada con la cuchilla llena de sangre. Me miro y así como un soliloquio dijo: – este hijo de puta hace cinco años me violo acá en tu casa durante la fiesta de año nuevo nadie se enteró la música estaba muy alta yo había tomado de mas todos lo habían visto y yo estuve toda la noche con él, de hecho te confieso un poco me gustaba tu marido siempre creía habías tenido mucha suerte en conocerle. Me dio dinero para que me callara y no lo denunciara. Por eso a partir de ese día nos empezamos a ver en el café de siempre, nunca mas volví hasta hoy a tu casa. No te molestes en decir nada tal vez me merezco lo que me paso en cierta forma te envidiaba. Hoy amiga no tengo miedo de enfrentar las consecuencias, no te molestes en llamar a la policía ya lo hice yo vienen en camino. La mire fijamente casi con odio y le dije hace cinco años yo no conocía a Philip. Esta tarde robaste de mi cartera mis llaves, contéstame. Desde cuando no tomas la medicación psiquiatrica?, me miró y no contesto nada solo lloraba. Me amenazo con la cuchilla mientras se acercaba a la ventana la abrió y se arrojo al vació antes de caer me pidió perdón. Yo había decidido después de pensar todo el día en pedirle el divorcio a Philip solo que no sabía como hacerlo porque era muy buena persona no quería herirle.

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