En una elegante mansión donde los muros son de corte moderno, con espacios amplios, envuelta en una tonalidad de bellas rosas blancas junto a cautivadoras esmeraldas. Ahí se encontraba Lily realizando las labores de la casa, ella estaba con uno de sus mejores vestidos, ese verde oscuro que se apoyaba de tacones elegantes, ella es una mujer joven, piel de nubes, ojos azules como océanos, cabellos rubios como los girasoles en el sol, pétalos suaves, independientes, viajeros se encontraban retraídos en un cuerpo atractivo de modelo.

Lily decide salir a comprar unas cosas; Gira la perilla, abre sin haber quitado el seguro de cadena, detrás de la puerta hay un hombre, un veterano bien parecido con un bastón, ofendido la miró fijamente a los ojos. Lily entra en pánico y cierra con desesperación, corre, sube las escaleras. El hombre empieza a golpear la puerta, retumba la agresividad del impacto por toda la casa, ¡intenta entrar! -piensa Lily-. Se introduce en una de las habitaciones, abre una puerta que da a un corredor y la cierra. ¡Boom!…Hay una voz temerosa en la mente de Lily que le afirma ¡Ya entro!. Se detiene un momento, acerca su oído a la puerta con respiración agitada, mirando a todas partes con inminente pavor. Logra escuchar fuertes pasos pero no alcanza a identificar de dónde provienen, lo que la pone más en alerta; Siente impotencia pero sabe que tiene que salir lo más pronto posible si quiere sobrevivir, con cautela, haciendo el menor ruido posible se dirige a la última habitación del corredor a la derecha, entra, ve una ventana a la izquierda, sale por ella y se esconde debajo del alféizar, pero siente que la superficie es inestable, presiente que se va a caer. Justo al frente de ella hay una columna de mármol, la utiliza para bajar hasta el primer piso, al momento de tocar el suelo mira a la derecha, luego a la izquierda en búsqueda de la ubicación del intruso, no encuentra nada así que comienza a correr; Después de tomar el impulso, el hombre sale de entre los arbustos, la toma en sus brazos con una mirada de rabia, odio, desprecio. El gruñe levantando su mano y le da una fuerte cachetada, ella aterriza en el suelo de baldosas blancas, algunas rotas; Allí cae una mujer troza, de cabellos negros, con ojos cafés y un moretón en la mejilla. Mira hacia arriba, ve aun hombre de peso, borracho, empuñando su mano en una casa de ladrillos, con muebles viejos, el aire contaminado por el cigarrillo, botellas quebradas en el suelo y una correa con sangre en la habitación.

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