N A V I D A D
Ese viejo fogón
que nos daba calor.
El abeto
arrancado de forma furtiva
del monte cercano.
La mesa camilla
con encaje de fiesta
y dulces de empacho.
Papá, mamá
amigos y hermanos.
Y de cena, ese pollo
tan celosamente guardado,
para una vez más
cantar la Navidad
y esconder la mezquindad,
de todos los seres humanos.
Que la sensibilidad al dolor
de tantas y tantas gentes,
no estriba en dar calor
y unas migas de pan
a finales de Diciembre.
Mira los ojos de un niño
tienen vida y esperanza,
ellos proyectan los sueños
y en ellos veras verdad,
protejamos la inocencia
que ellos son la Navidad.
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