Soy un orfebre que trabaja con metales de alto valor
por eso me mancho las manos labrando tu corazón,
un metal hermoso, tan rígido como precioso,
peligroso tal cual un oso si dañan su perfección.

El tiempo pasaba lento como cuando aquel momento
tu mirada como saeta penetraba al fondo en mi pecho
y seguía pasando lento mientras justo en ese momento
mi cuerpo inerte en tus brazos daba lo ultimo de mi aliento.

Aunque la belleza de la vida es efímera ahí que mencionar.
Que nacimos con el poder de querer y poder amar,
me atrevo hasta mencionar que nuestro amor es sempiterno
porque vio la luz del comienzo pero jamas un final.

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