Almohada azul

Era la chica más sexy que había visto jamás
no tenía el trasero más grande pero
era grande, un jugoso trasero con forma
de melocotón, vivía en el primer piso
con ventanas grandes y sin cortinas.

Le gustaba pasearse con poca ropa en casa
y fuera de casa, a veces salía en minifalda
y tacos altos, desviar la mirada era un desafió
que yo siempre perdía, y muchos otros igual.
Tenía más sexo que las putas de las esquinas,
pero era idiota porque no cobraba y tampoco ganaba.

Cada noche la veía cogerse a la almohada
luego de que su compañía se marchaba.
Su mirada era tan clara como sus falsos orgasmos
podía notarlo todo desde la acera de enfrente.
Insaciable y escogía puro idiota, chicos precoces
con miembro grande.

El barman que te coqueteo sin esfuerzo;
el chico del bar que tropezó contigo y tu minifalda;
el que derramó su bebida en tu escote;
el que perdió su balón cerca de ti en la playa;
y muchos otros.

De qué sirve el tamaño si vuelves a tu
cilíndrica almohada azul cada noche.
Te veo y te juro que se me para
y el corazón también.

Cada vez que jugueteabas con la almohada
yo fortalecía más y más mi mano derecha.

¡oh nena! yo pagaría por conducir sobre esas
curvas y te aseguro que ganarías más que mi plata.

Han montado tus insaciables pieles de forma
insuficiente, tu vecino una chance debería tener.
Si penetrar ese melocotón pudiese,
mi nombre a Jim cambiaba.

¡Qué sea otro el observador y déjame entrar!
y al finalizar, a tu baño también.

Olvidaras lo que es fingir y aún con cortinas
se sabrá lo aquí ocurrido, por tus ruidosos
gemidos…
Juro que la almohada azul será, sólo un cojín más.

Zethil_Imox
25-jul-20

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