A mi querido señor lejano…

Esta noche mi querido señor lejano, le pienso y al pensarle me dilato, me huyo para encontrarme entre sus sueños, si es que acaso en sus sueños hay un espacio para venus. Mi querido señor lejano, si usted supiera de mis quimeras; estaría muriendo, agonizando y apenas respirando sobre mi regazo. Esta noche de frió sin velas ni vino y sin usted; me despojo de mis silencios para escribirle y contarle de las veces que le he mirado de lejos, de los momentos en que me pierdo entre dedos recordando los suyos , viviendo una y otra vez entre suspiros , ese hasta nunca… Hasta siempre. Señor lejano, ha hecho usted, que la inspiración que creía perdida volviera esta noche, volviera entre las melodías de Beethoven y Chopin. Mi querido señor lejano, tan lejano en su libertad, tan abstracto como el viento, tan cruel como vivir, tan carente, solo y ruidoso. ¡Señor, es usted un infortunio! me ha traspasado para conseguir su inmortalidad en estas letras.