Ahí me encontraba

Ahí me encontraba

yoy yoy

19/11/2017

Ahí me encontraba, había llegado tan lejos, había luchado tanto, mucho sacrificio para nada, recorriendo lugares tan lejanos para encontrar algo terrible.

Yo había nacido en situaciones muy precarias, mi familia vivía en la calle para que usted se haga una idea, vivíamos en un callejón oscuro muy húmedo con un olor repugnante a basura, desechos humanos y de animales, era un lugar asqueroso, no apto para vivir y no apto para un recién nacido como lo era yo en ese entonces, pues me da pena decirlo, pero si definimos lo que somos mi familia en una palabra «pobre». Me da mucha lastima pero nunca me importo tener muchos lujos o una buena educación, en cambio yo sufría mucho por el hambre y el frío, además nunca me gustó ver a mis padres sufrir ellos hacían todo lo posible por seguir adelante y que no me faltara nada, ni a mí, ni a mis hermanos lo cual era imposible. Si en total eramos 3 hermanos, yo soy el mayor. Lo triste de esa situación es que mi padre un día me contó, que antes que yo naciera habían tenido 2 hijos, que al momento de nacer se habían muerto por las situaciones del hogar, o sea el callejón oscuro y no apto para que un ser vivo viviera ahí. La situación de mis 2 hermanos fallecidos me entristeció tanto al punto de que tuve depresión por 1 mes, mis demás hermanos son muy pequeños para entender lo que sucedió, un día mi madre muy enferma se levantó del sucio colchón que usamos todos para dormir, fue en busca de la comida, pero de donde podría conseguirla si no tenemos ni agua, entonces mi madre se demoró un buen resto, mi padre se preocupó mucho y pensó en ir a buscarla para poder traerla devuelta total otro día sin comer no era nada para nosotros, como mi padre no podía dejar a mis hermanos solos, tuve que ir en busca de ella, yo en ese instante era el mayor, tenía 3 años, ya era bastante grande para cuidarme solo.

Eran las 2 de la madrugada y no había rastro de mi madre buscaba en todos lados, en los techos, en las partes traseras de los restaurantes, en casas ajenas, en otros callejones y nada, no la encontraba por ningún lado. Hubo un momento en el que me senté en un basurero y llore, chille, maullé, pero los llantos no me ayudarían a encontrar mi madre, mi pobre mamá siempre trata de conseguir lo mejor para la familia, pero a veces las cosas no son como resultan.

En una calle que me atrevería a decir que una de las calles más peligrosas de la ciudad de Valparaíso indagué, ya la desesperación de no encontrarla me hacía daño, mucho mucho daño, no podría vivir sin ella, ella es todo para mí, no sé qué haría si no la encuentro. Mientras caminaba por la calle un grupo de jóvenes corría hacia mi dirección, como si alguien los quisiera atrapar o algo así, la verdad es que me asusté demasiado, pasaban muchas personas corriendo, me pareció muy extraño, unos 2 autos aceleraban por la calle a una velocidad impresionante y detrás de estos unos furgones de la policía los perseguían. Ahora lo entendí todo, unos delincuentes habían hecho algún delito muy grave para que esos vehículos arrancaran a gran velocidad. Después de unos segundos ya no los vi más, mientras seguía caminando por la cera escuche a uno de los autos como frenaba, ese chirrido del pavimento con las llantas me desagradó mucho, rápidamente decidí ir al lugar de donde provino ese ruido.

Corriendo para saber porque un auto freno tan brusco, ahí encontré la respuesta, una escena que no se la encargo a nadie.

Ahí me encontraba, había llegado tan lejos, había luchado tanto, mucho sacrificio para nada, recorriendo lugares tan lejanos para encontrar algo terrible, mi madre ensangrentada por culpa de un maldito infeliz que le pasó la rueda por encima, sus orejas partidas, su lomo destrozado, sus patitas quebradas, su ojo nocturno ya no estaba, su cola había desaparecido, de su cabeza salía y salía sangre, mi pobre madre, atropellada, yo llorando como un gatito que le hace falta a su madre para que le dé de comer arrastré a mi mamá de las patas a un lugar donde pudiera pasar mis últimos momentos con ella al cabo de una hora hice un agujero en la tierra con mis garras y la enterré…

Llegando a casa me entero de otra noticia, mi hermano menor había muerto por falta de alimento, «hachazo en la espalda», me alargué a llorar, cuando mi padre me preguntó sobre mi madre, le dije lo que sucedió y juntos maullamos toda la noche hasta dormirnos y no saber nada hasta la mañana siguiente.

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