Le he escrito tanto, le he amado tanto en silencio y a distancia que su sola presencia me niega, me abstrae de mi misma y me entrego, me doy con todo y mis demonios. Me vuelvo polvo en instantes, me desvanezco en sus brazos. En sus besos de hiel, en sus manos frías, dentro de sus sueños, en sus manías. Me doy por vencida ante el amor, he decepcionado a venus y por eso ahora me castiga dejándome vacía. En las noches me hostiga, hace que mi cuerpo tiemble y se retuerza, me olvido del olvido que debía olvidar sin causa o con todas las causas aparentes, todas las putas causas. Se habia convertido en mi constante caso perdido, en mi repetida decepción. El era mi puerto, el lugar al que podía regresar; donde podía ser quien yo quisiera y venus a la espera se reía, se burlaba de cada uno de mis pasos, me daba pataditas de aliento a través del viento y su ensueño. La esperanza fue su mejor hazaña, lo hacia desde la libertad que le otorgaba ser parte de mi…

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