La conclusión de algo

La conclusión de algo

Mariana Diaz

13/11/2017

-No sé que hacer. Necesito tu ayuda ¿estas ahí?

-Aquí estoy, siempre a tu disposición.

-Tengo miedo, a veces siento que no voy a poder aguantar mucho tiempo así. Voy a tener una recaída, estoy casi segura. Es un hecho diría yo.

-¿Qué te hace pensar eso?

-Todo. Me sorprende la pregunta, siempre estas conmigo, sabes como funciono, sabes mucho sobre mi. Ojalá no supieras tanto.

-La pregunta fue sincera, pero debo admitir que ya conocía tu respuesta. Tienes miedo de caer otra vez, te angustia pasar por períodos en donde estas completamente bien y de repente, se te nubla todo el panorama. Mejor dicho, vos misma te nublas el panorama. No sé por qué lo haces.

-¿Crees que lo hago a propósito? no hay nada que me haga sufrir tanto como esos horribles momentos en los que no sé hacia dónde ni cómo debo seguir.

-En realidad sí se por que lo haces, sólo quería saber que ibas a contestar.

-Entonces, sabelotodo, dame tu opinión.

-En el largo tiempo que estuve acompañándote, he llegado a una conclusión. Pero antes voy a revelarte un par de observaciones. Te sientes sola a pesar de tener gente a tu alrededor a la cual amas y eso se debe a que te infravaloras. Tienes pensamientos malos sobre vos misma constantemente y te aterra pensar que alguien pueda conocer esa debilidad tuya. Te desanima la idea de que los demás te vean frágil, porque tu aspecto es duro, fuerte y necesitas mantener ciertas apariencias. A veces cuando te observo, encuentro este tipo de hallazgos dentro de tu personalidad y siento compasión.

-No necesito tu compasión, sabes cuanto me molestan esos sentimientos innecesarios. Por cierto, me divierte todo lo que dices, no puedes estar más equivocado. Además te faltó la conclusión.

-Había imaginado que dirías algo como eso, pero estas hablando conmigo y no necesitas mantener ninguna apariencia; conozco cada rincón de tu mente. Quizás la conclusión la dejé para el final porque sé que te va a causar molestias.

-Vivir me causa molestias y sin embargo aquí estoy, vamos, quiero saber que es tan importante sobre mí.

-Ay querida mía, ya lo sabes, en tu interior está todo pero no quieres reconocerlo. Ambos sabemos que la conclusión es:

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