Sí. Transparente.
Sin color ni bandera.
Unidos por el cordón umbilical
de un cometa.
Sí. Con la voz del alma,
esa que está cerca de la verdad.
Sí. Dando con las manos abiertas,
no hay otra forma de reclamar.
Sí. A pulso con los verdes y los ocres,
con el aire limpio y el cielo azul.
Sí. Cerca de tu pensamiento
que se torna incomprensible
de tanto conocerlo.
Sí en tu boca. Con tu magia.
Con la calidez de tu abrazo
a mi oscuro aura.

Marga Escuder.

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