Sos mi lado escéptico.
Sos el estigma con el que en la Urbe me muevo.
Sos todo aquello que descreo.
Sos la paranoia personificada.
Sos las plantas putrefactas del Mundo entero.
Sos un mal mortífero.
Sos un germen inadvertido.
Sos como el opio, somnífero.
Sos la combinación de texturas que siempre quise.
Sos la frialdad que me corroe.
Sos el poste sin luces de cada esquina.
Sos la tuca muerta de todos los días.
Sos la fragancia insidiosa de la brisa.
Sos el felino mirándome extrañado,
Y también, como el otro minino
Trepando sin consciencia del peligro en el tejado.
Sos lo que repta por mi entrepierna.
Sos lo que rapta toda mi atención.
Sos el núcleo que alimenta mi vida.
Sos un foco de pura tentación.
Sos la mano que me levanta o me tira.
Sos la áspera caricia y el golpe enternecedor.
Sos el incordio de nuestras horas.
Sos la perdición hecha varón.
Yo te sigo exprimiendo como una naranja,
Actividad a la que le tengo devoción.
Más jamás me devolverá el corazón,
Si sos el vacío.
Sos tan lóbrego y sombrío.
Tan retorcido como boa estrangulando.
Todo lo que tocas se rompe sin más.
Todo lo que quieres se petrifica igual.
Todo lo que anhelas te puede hacer mal.
Todo lo que sientes te punza hasta llorar.
Todo lo que penetras es un camino sin vuelta atrás.
Ternura macabra de Anemona.
Te veo zigzagueando por los pasadizos
más íntimos de mi subconsciente.
¿Qué esperas encontrar?
Solo pedidos lascivos
Besos guardados
Llenos de polvo y hastío.
He aquí, tomando para que el licor,
Haga lo que el amor,
Por mí ya no puede hacer.
Desde tan joven y frágil
Hallé a mi media naranja.
Años de convivencia
Los mismos años que de separados
Y aun me inspiras,
Todo lo que no puede ser nombrado.
Ahora tenemos un insomnio compartido,
Y un innegable sentimiento encontrado.
Seguiremos despiertos en mismas horas
Mientras escuchamos la misma música,
Nos distraemos y reímos de las mismas cosas,
Quejándonos de otras similares,
Creando nuevos e idénticos sarcasmos,
Y sintiendo el mismo hueco marasmo.
Sos lo que me falta
Y yo lo que te complementa.
Sabe, que en este planeta inseguro y de azar
Tenes una certeza;
Mi cuerpo está en tu mesa
Mi cerebro en tu bandeja
Y mi corazón jamás estará a la venta.
Porque sos, mi otro yo.
La mitad de lo que más odie descubrir.
La otra cara que habita en mí.


JULIETA IALLORENZI
PATENTADO EN SADAIC
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