Siempre he tenido algunas dudas sobre la tecnología de las religiones. En especial algunas propias del catolicismo. También sobre ciertos aspectos fundacionales de esta religión y que hacen de ella una de las más famosas y difundidas.
La confesión
Es cierto que mayormente se define como una actividad de arrepentimiento, de reconciliación. Que allí se confiesan pecados cometidos. Pero siempre he pensado en la siguiente situación que paso a exponer. Si una persona, para el caso Javier, está muy cercano a una iglesia y sabe que más tarde, ese mismo día o al día siguiente, tendrá una reunión donde, sabe que se hablará muy mal de otra persona, y que, dado su enfado con ella, probablemente deba recurrir a exageraciones, falacias y alguna grosería. ¿Javier podría confesarse antes? Tiene la posibilidad de hacerlo y, de alguna manera, poder luego actuar con cierto amparo propio de quién sabe que lo que está haciendo ya está enmendado. Sería una forma de no alejarse casi nada del sendero del señor, un acto de extrema sinceridad, un acto de conciencia que va más allá del presente, una anticipación.
Este planteamiento hacia el sacramento de la reconciliación podría ser muy importante, por ejemplo, cuando, una vez dada la penitencia por el sacerdote, la persona pueda tomar conciencia de qué tan grave es lo que piensa hacer. Y, llegado el caso que se extralimitara en el momento de la consecución del notificado pecado, acrecentar un poco la carga de la penitencia.
El verdadero éxito de esta práctica adelantada, sería que logre en muchos casos disuadir al pecador precavido. Y en ese caso la confesión quedaría solo en unas intenciones que no se llevaron a cabo, y el sacerdote aplicaría una rebaja de la penitencia, pudiendo en ocasiones dejarla en suspenso.
Relacionado con este sacramento, otra técnica que no está bien documentada es la fórmula para definir la penitencia. Principalmente la relación pecado-penitencia. Debemos partir de una base, para que el análisis sea concreto, a más pecado más penitencia.
También debe existir la ponderación en este cálculo, es inevitable que así sea.
Aquí es muy importante remarcar que, en el catolicismo, cuando se trata de esclarecer y de dar explicaciones sobre sus castigos y sus condenas, como son el pecado original, la penitencia, el infierno, entre otros, no son para nada precisos. Es un tema que, al parecer, prefieren soslayar y minimizar. Daría la sensación que evitan de todas formas hacerse cargo de ellos, prefieren sí, ensalzarse con los aspectos placenteros de la religiosidad, pero no afrontar la crudeza de hechos y momentos de verdadera indolencia, como el mismo diluvio.
Volviendo a la secreta fórmula para dar con la penitencia justa tras la confesión de un parroquiano, intentaremos algunas soluciones.
En la historia ha habido penitencias de más de 3 años, hasta de toda la vida. También penitencias que exigían al pecador ciertas vestimentas especiales para luego ejercer con él la discriminación y la humillación durante un tiempo razonable y, de esta forma, luego sí absolver.
Para no hacer más extenso este tema, dejaré una posible fórmula que podrían utilizar para el cálculo de la penitencia.
Se le asignan créditos a los pecados capitales y a los 10 mandamientos, para definir el peso de cada uno. Luego el sacerdote analizando el relato del parroquiano, asignará una nota, de uno al diez, a cada uno de los ítems dependiendo del grado de relación de los pecados relatados con las principales faltas. Con esto podrá sacar un promedio ponderado de vilezas. Pero esto es solo la primera parte de la fórmula.
Este valor obtenido deberá sopesarlo con otros factores que influyen en la penitencia resultante. Estos factores son, asiduidad del parroquiano con la parroquia, lapso de tiempo transcurrido desde la última confesión, gestos, prosa y detalles que logre percibir el sacerdote durante el relato que lo lleven a pensar en un verdadero arrepentimiento o, por ejemplo, advertir cierto regocijo en algún hecho relatado.
Con todo esto, el sacerdote tendría los elementos necesarios para calcular la penitencia a entregar, yo no me animo a plantear la fórmula matemática, pero disfrutaría mucho de ver mi idea materializada en el encanto que tienen las fórmulas matemáticas. Entiendo que la iglesia no ve con buenos ojos estas consideraciones, y la posibilidad de que el acto de la confesión fuera más concreto y preciso, ya que podría llegar a ejecutarse desde una aplicación móvil o en una especie de dispositivo tótem con opciones múltiples que luego procese y entregue la penitencia, pero creo que estamos muy lejos de llegar a esto.
Una de las últimas dudas sobre la confesión es, una vez confesado y cumplida la penitencia, ¿la cobertura al feligrés le dura un tiempo hasta que vuelve a acumular pecados? ¿Hay un tiempo o período de gracia en que está protegido dado su reciente confesión? Y muy relacionada con esta duda, también me pregunto cuánto pecado recomiendan acumular para llevar a cabo la próxima confesión. Entiendo que una persona no puede estar confesándose cada 30 minutos, por dar un ejemplo, entonces hay una suerte de acumulación de pecados que se da entre confesión y confesión. Aquí vuelve a ser trascendental entender el análisis de pecados cometidos para definir en determinado instante, ahora sí ya es un buen momento para hacer una confesión.
Las procesiones
Las famosas peregrinaciones a diferentes iglesias son también una demostración de fe. En este tema no puedo más que citar a Alejandro Dolina cuando explica cómo es el funcionamiento de estas procesiones para agradecer y también para hacer solicitudes. Y él plantea ciertos aspectos que no todos tienen claro, por ejemplo, qué pasa con el que vive justo al lado de Luján, tomándolo como un destino típico de procesiones. Espera la procesión y se une para hacer el ingreso, y luego ¿tendrá el derecho de solicitar el mismo tipo de favores que el resto? ¿Dios prestará menos atención a este vecino de la parroquia? Por otro lado, una persona que a mitad de camino decide detenerse y entrar en una iglesia cercana, ¿debe ajustar sus solicitudes en base a la distancia recorrida? Recuerdo que Dolina plantea que, el cura de esta iglesia, le plantea al creyente exhausto que él debe pedir favores moderados, de tal manera que, si en Luján, pensaba pedir por la unión y fraternidad del pueblo, en esta Iglesia, que estaba a 30 km debía pedir cosas cómo evitar las agresiones extremas, parar un poco con la violencia, o al menos, que no toquen a mi familia.
Claramente la ventaja de los que lograban hacer el recorrido completo era que gozaban de un dios afanoso, mucho más ávido a cumplir y materializar deseos que, hasta para él, eran dificultosos.
La Crucifixión
Lo primero que debe decir sobre este hecho, es que me recuerda mucho el tipo de muerte de cristo, dolorosa, sufrida y flagelante, al prototipo de muerte que necesitan siempre los narradores para que la muerte de lugar a fantasma. Es decir, es el tipo de muerte que les exigen a los niños, principalmente en la narrativa, para que a posteriori cimienten a fantasmas eternos.
Debemos reconocer que poco se sabe acerca de fantasmas de niños o personas que han tenido muertes placenteras, naturales y dóciles.
Y, por otro lado, en este hecho se plantea una paradoja atrapante, el padre que sacrifica a su propio y único hijo para salvar al mundo. Pero, ¿dios sabía que iba a resucitar, sabía que era inmortal? ¿Hay un verdadero sacrificio allí? Lo planteó nuevamente:
El padre que, sabiendo que su hijo es inmortal, decide exponerlo a realizar la dramatización de su muerte, para convencer al mundo de ciertos aspectos y de esa forma salvarlo.
Existe allí un verdadero sacrificio o es una pantomima. Una auténtica paradoja.
El Pecado Original
Parece un poco estricto, insensible y autoritario la imposición de un estado ecuménico de pecado eterno, producto de la rebeldía de una o dos personas. Probablemente la mayor presunción de poder de la historia. Ya sea por un acercamiento a la sexualidad, al descubrimiento o a la ciencia, la consecuencia del hecho parece desmedida.
Una vez más paradojas del todopoderoso, plantar el árbol de la ciencia, conociendo su peligrosidad y efectos, exponerlos a Adán y Eva, sabiendo que ellos caerían en la tentación, y teniendo, desde un principio, muy claro que privaría a los primeros habitantes de la tierra, y sus herederos, de aquello que nunca llegó a concederles. Principalmente la vida eterna, la ignorancia de la concupiscencia y la supresión del sufrimiento.
Los profetas del miedo están dispuestos a morir por sus ideas, pero prefieren que otros lo hagan antes que ellos y, preferentemente, en vez de ellos. Umberto Eco
El Celibato
Este error se suele justificar indicando que es una disciplina de la iglesia, no una doctrina. Y como instrucción surgida de la iglesia puede estar equivocada, es humana. Es un terreno muy fangoso. Qué importante es la fe para avanzar en ciertos aspectos. Hasta aquí llego.
Ascetismo
La búsqueda de la perfección, la subordinación de todos los deseos y apetitos a la ley de dios. Supongo que aquí, la fe, también juega un papel trascendental. Ha de tener mucha fe quien crea que un dios lo creó a él y a todo lo demás con el único objetivo de que él se mantenga pulcro, aislado de todo, y que, prácticamente, ese sea su único objetivo en la vida.
Resumiendo, estas personas creen que han sido creadas debilitadas por el pecado original, e inclinadas, por la misma razón, a lo malo y a la transgresión. Y luego durante su vida deben dedicarse a luchar contra esa debilidad, que su creador les impuso, con el único objetivo de mantenerse en gracia con dicho creador. Por favor, rellene todos los espacios en blanco de la oración anterior con fe, para poder leerlo tranquilo.
Hacer de la renuncia un modo de vida, una renuncia a tantas situaciones y acciones que su mismo dios posibilitó. El aspecto contradictorio de la paradoja asoma a cada momento.
Llegar a la perfección por medio de la penitencia, espero que realmente conozcan la voluntad de su dios. Me queda la sensación que la carne, los apetitos son asociados a la razón, razón, que es la misma que nos permite dudar, que nos cuestiona la fe. ¿Pueden la razón y la fe convivir?
Exorcismo
Un tema tan interesante y tan poco promovido por la iglesia, quizás tienen allí una actividad que podría generar gran atracción y curiosidad en la gente, pero la iglesia parece no querer exponerse en este tema. Vuelvo a notar esa incomodidad que les ocasiona tratar algunos aspectos con precisión, como las muertes masivas, el infierno, los castigos, el demonio, todos temas que han utilizado para construir un imaginario, pero que luego solapan con alegorías.
Me gustaría saber más sobre las prácticas del exorcismo, creo que lo han divulgado muy poco, casi que lo han ocultado. Deberían estar orgullosos de repeler al mismísimo demonio o a fuerzas malignas.
Quizás les da vergüenza practicarlo, se sienten un poco ridículos, inclusive puede faltarles más fe, para creer seriamente en este acto. Jesús exorcizaba, sin ir muy lejos, el bautismo es un exorcismo encubierto, simpático, como adaptado para todo público. Me gustaría ver al papa exorcizando más seguido, inclusive desde su balcón intentando un exorcismo ecuménico, al menos podría intentarlo. Si Jesús les confió esta tarea, ¿no sería bueno que la practiquen y que intenten expulsar el demonio de la faz de la tierra?, ¿no pueden? Creo que el papa debería al menos intentarlo.
No sé por qué la iglesia no comunica más sobre estos aspectos, las formas de detectar a un poseído, por ejemplo, sería muy importante conocerlas. Algunas son famosas, aunque un poco injustificadas, como hablar lenguas desconocidas, poseer más fuerza de la habitual, quizás renguear, o hacer un mal uso de las articulaciones.
Me parece que a la iglesia no le gusta mucho el concepto de los rituales, quizás también les resulte difícil explicar quienes sí pueden exorcizar y quienes no, es todo un poco fastidioso. Pero no deberían crear un relato ficticio u ocultar partes de la verdad, si existe la fe, también debería servir para aceptar estos preceptos. Al fin y al cabo, para eso es la fe.
La iglesia prohíbe expresamente realizar actos como la ouija, espiritismo o la hechicería, justificando esta proscripción porque podrían atraer al demonio, al maligno, lucifer, luzbel, belcebú, leviatán o satán, todos estos configuran una misma entidad maligna. Pero después de tantos años tengo la certeza que para la iglesia todo esto es tabú. Quizás temen ser asociados a la superstición, quizás son esas hilachas o flancos que debilitan la fortaleza. Como ese presente griego que prefieren rechazar.
En fin, la religión es un arte, es pura historia humana, es ejemplo de cultura y como tal, me provoca una gran atracción.
Para cerrar una última paradoja…
Si no existiera Dios, no habría ateos.
G. K. Chesterton
Y dejo algunas frases que me han gustado sobre el tema.
Como mucha gente, no tengo religión, estoy sentado en una barca que lleva la marea, vivo entre las dudas del deber… Creo que hay una dignidad en esto, en vivir haciendo cosas.
Federico Fellini
Todos los hombres que piensan son ateos.
Ernest Hemingway
No estar absolutamente seguro, pienso, es una de las cosas esenciales de ser racional.
Bertrand Russell
Aquel que ha conseguido un gran desarrollo moral deja de rezar.
Emmanuel Kant
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