La Polla de Alá

La Polla de Alá

[Cuento – Texto completo]

@rafamedrano23

Me dijeron que tenía que ir a Siria, que era importante para los lectores de la revista conocer detalladamente cómo es el día a día de las personas que viven en Alepo. Fui. Me quedé con unos amigos ingleses y dos catalanes. El lugar me impresionó de entrada: nunca un joven nicaragüense de 19 años había visto tantos escombros y escuchado tantos sollozos en un mismo lugar. Luego de recorrer lo que quedaba de la ciudad nos dirigimos a la casa que habitaríamos por tres meses, las ganas de vomitar azotaban mi cuerpo.

Mucha gente me contó historias, ni una de ella traía consigo sonrisas. Llegué a pensar que jamás vería a alguien sonreír mientras me hablaba de su país, de su patria. Un día de esos tres meses, luego de un bombardeo en el oeste de Alepo, me quedé viendo hacia afuera de mi ventana, pesando qué historia podía definir de mejor manera lo que los niños quería para su nación, para su gente, para ellos.

El tiempo pasó rapidísimo: me quedaba una semana para volver a Nicaragua. Salí para despedirme de unos muchachos que había conocido cerca de un edificio de tres plantas. Ellos jugaban al fútbol con una pelota de trapo hecha pura mierda, hecha girones. Era cuatro muchachos: Lozan, era alto y corneto; Maher, vivaz y atrevido; Orhan, pequeño y tenaz; Roy, el único que entendía qué es ser un hijo de puta.

–los de las bombas son eso que tú dices, son unos hijos de puta -. Me decía con su poco inglés.

Luis -mi amigo e interprete- y yo los saludamos llegando hasta donde jugaban al fútbol. Nos recibieron como uno más de ellos; nos invitaron a ser parte del juego, jugamos. La noche estaba próxima a cubrirnos con su manto, dejamos de jugar, todos reíamos… eso tiene el fútbol: por un rato, mientras la pelota rueda te olvidas de que tus padres han muerto, que mañana no tendrás comida, que vives en un país que es desboronado poco a poco. Nos sentamos en el borde de lo que era una calle, empezamos a hablar de fútbol.

–Roy, ¿pasará Siria el repechaje? -. Le pregunto, Luis traduce.

–ojalá.

–´podría jugarse el pase al Mundial de Rusia contra los Gringos -. Le dice Luis.

— Ya lo sabíamos, todos acá lo saben. No sólo en Alepo, sino en toda Siria -. Dijo Lozan.

— Marcos, ¿te imaginas que pase con nosotros lo que pasó con Argentina e Inglaterra? -. Me pregunta Roy.

Todos nos miramos, sonreímos. Nos quedamos en silencio, volvimos a sonreír. ¿qué prefieres, el fin de la guerra o ir al Mundial?, les preguntó Luis a todos. Se vieron como si su respuesta fuera la de toda Siria. La guerra siempre va a estar, dijo Roy, pero ¿cuándo volveríamos a tener la oportunidad de ir al mundial dejando fuera a Estados Unidos? Siguió: Mejor aún, si Maradona le metió un gol a Inglaterra con la mano, y todos la llamarón la “Mano de Dios”, te aseguro que un delantero Sirio marcará con la polla y nosotros gritaremos ¡La polla de alá, la polla de alá, la polla de alá!

Nos levantamos, nos rodeamos con nuestros brazos y empezamos a gritar: ¡la polla de alá!

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS