Unos pasos más…

… y como si nada te levantas y comienzas a caminar, tus veredas de todos los días te saludan, el viento de todas las mañanas te acompaña. Cruzas calles y saludando personas conocidas te pones a pensar en si realmente seré yo o no, pero elegís olvidarte por un rato y seguir caminando.

Una flor encuentras en el piso, pisada, seca, muerta. Sigues caminando, pero tus ojos ya retuvieron aquella imagen y por un tiempo más se encargaron de mostrártela. Comienzas a buscar el porqué de esa flor abandonada en el camino, pero no encuentras respuestas.

De repente caes al piso, te lastimas y comienzas a sangrar. Gritas pidiendo ayuda, pero nadie te escucha; lloras tan fuerte que tus ojos ya no ven… pero nadie te mira. Nadie absolutamente se entera que estás ahí, tirada en la vereda, lastimada, casi igual como aquella flor que nadie recogió.

Tomas la decisión de acostarte y esperar a que el dolor pase para poder levantarte, crees que vas a curarte, pero eso no llega.

La noche comienza a hacerse presente y aun ahí estas tú, caída ya sin fuerzas. Lloras sin parar y comienzas a creer que tal vez tú seas esa flor, que tal vez tuviste una oportunidad de levantarte, de que tú misma te ayudes, pero sin embargo decidiste seguir caminando, solo por no permitirte ver esas pequeñas cosas que nos rodean.

Tu pelo comienza a cambiar de color, tus ojos comienzan a cerrarse, tus brazos caen y tu fuerza se pierde. Llega el día y ahí te ves, a un costado del camino mirando como todo el mundo pasa y nadie te mira, creen que estas muerta, pero no. Creen que ya no vales la pena, pero todavía tienes mucho para dar; solo que ellos no se dan cuenta. Te dan por muerta, pero tu vida sigue dentro tuyo.

Solo una cosa te habría hecho parar y ayudar a esa pequeña flor, solo una sola cosa que mantiene feliz al mundo… solo eso, amor!.

Ama Deus

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS