EL CLUB DE LOS CASADOS

La huraña que te araña
Cuando Vanesa está en la mesa
La esposa finge que no mira
Cuando a su empleada él la besa.
El club de los casados
Verdes y pasados,
Inconformes con la norma
Haciendo enorme alarma
Por aquella firma añeja.
Trazada con sangre encimada
Y lloran porque al final no queda nada,
Más que bocas para saciar su sed.
Con sus mentes divididas
Por la absurda fantasía,
De que alguna damisela
Abarque toda su derogación.
¿Qué podrán hacer las mujeres
Por estos hombres mártires?
Los cuales ya tienen féminas
Como decoración en su jardín.
Supongo que se aproxima el fin
Pues para mí ya están muertos.
Aunque con triste intento
Alguna pastilla u algún dinero
Hagan por él
Lo que mejor supo hacer alguna vez.
Y esa imagen;
Eterna en su memoria se plasmará.
Yo no estaré ahí
Para presenciar su desenlace
Pero los médanos sabrán
Inducirme en el trance,
Que me revelará
Todo aquello que sospecho…


JULIETA IALLORENZI

PATENTADO EN SADAIC
DERECHOS DE AUTOR RESERVADOS

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS