ABECEUNO PASANTES DE UNA ONEG ALEMANA

ABECEUNO PASANTES DE UNA ONEG ALEMANA

La señora Anita ayer en la tarde cerró el negocio y cuando llegó mi mamá del trabajo había una sola marraqueta añeja, con mi hermana nos comimos la mitad de la marraqueta cada una y tomamos té. Ahora tengo mucha hambre y me suenan las tripas, quiero puro llegar a la escuela y tomar leche con galletas, si llevo mis figuritas puedo cambiarlas por más galletas a ver si se me quita de una vez el hambre. Algunos niños no llegan y entonces sobran galletas y leche, entonces yo le hago ojitos a la tía de la cocina y ella me da más leche y más galletas. Ojalá hoy sea uno de esos días. Nadie puede poner atención en clases cuando las tripas rugen.

En la clase de matemática el profesor nos dio sesenta sumas de esas con reserva, me dolía la mano de tanto copiar y copiar las sumas de la pizarra. Le saqué punta al lápiz cada seis sumas, entonces aprendí que la punta dura seis sumas y calculé que lo que me quedaba de lápiz no alcanzaría para sesenta sumas. Me escurrí y pensé quedarme en la sala hasta el final, después que todos salgan, seguro algún amermelao deja el lápiz botado. Cuando caché que no alcanzaba a copiarlas todas, saqué a escondidas el celular y le tomé una foto de la pizarra, así después en la casa terminaba de copiarlas. Esta es una de las cosas que no entiendo…si todo el mundo siempre tiene tanta prisa para todo y a todos el tiempo les falta porqué nos hacen escribir, escribir, escribir y seguir escribiendo de la pizarra cuando es muchísimo más rápido tomarle fotos a la pizarra. A mi se me ocurre que ningún profe sabe que existe el blutub, podrían hacer lo mismo y mandarnos los ejercicios por blutub, pero no. Dale con escribir, escribir y escribir en la pizarra o en el data. Algunas veces no los encuentro tan inteligentes.

A mi me gusta sumar las centenas, luego las decenas y al final las unidades. Luego junto todo en mi cabeza y me sale rápido el resultado, pero el profesor dice que hay que sumar en filas ordenadas y empezar por las unidades, seguir por las decenas y al final de todo sumar las centenas eso es más lento, difícil y aburrido pero el profesor manda, no es muy conmovedor hacer sesenta sumas ¡Qué paja!.

En la vida casi todo es suma y resta, todo es matemática. Para cruzar la calle debo mirar a los dos lados y calcular el tiempo y la distancia a que están los autos antes de decidir si cruzar o esperar. También ya se calcular el tiempo que se demora cada profesor en llegar a la sala. La Miss siempre se acuerda que se le olvidó el libro de clases tres pasos antes de entrar a la clase, entonces se devuelve a la sala de profesores al final del pasillo en el primer piso, el profesor de religión siempre trae el libro de clases, pero no los plumones ni el borrador de la pizarra… Por un motivo u otro casi todos se devuelven una vez que ya han emprendido el camino y están por llegar, lo cual es muy bueno porque podemos ir corriendo al baño o al kiosco. Pero el profesor de historia tiene como un radar que le avisa antes de que suene el timbre y entra a la sala en el mismo momento en que suena el timbre, con el estamos fritos. Cuando nos toca historia tenemos que ir al baño o terminar de jugar justo cuando suena el timbre y salir corriendo pa la sala, de lo contrario el profe se cobra el tiempo que le faltó de clases de la hora del recreo y eso no es nada bueno. Asique nos preocupamos de que todos lleguen a la sala a tiempo aunque tengamos que llevarlos a punta de empujones, una que otra patada y eventualmente también alguna palabrota. Los más porfiaos se los dejamos al Jasthyn, a él siempre le hacen caso rapidito.

Hoy día llegaron unos llegaron unos jóvenes abeceuno. Todos bien desteñidos, rubios de ojos claros, con mochilas, jeans, bototos y parkas. La profesora jefe nos explicó que eran pasantes de una oenegé de Alemania… yo no tengo idea que es un pasante, ¿alguien que da pasos grandes? , mucho menos se qué es una onegé, pero no nos dieron oportunidad de preguntar nada. A veces a los profesores les gusta hablar en difícil, con palabras que no salen el diccionario, yo las tengo anotadas en una libreta a lo mejor algún día las ponen en el diccionario como ser pei, pie, pme… estoy pensando a lo mejor al diccionario le faltan alguna hoja en la letra pe.

La cuestión es que los abeceuno pasantes de la onegé alemana no solo venían a estar a la escuela con nosotros, también se quedarían a vivir un rato en algunas casas de vecinos, ellos están bien lindos pero tienen problemas de lenguaje, seguro los mandan con la tía Píe y con el fonólogo, ojalá no les den pastillas de aturdimiento, para que puedan jugar con nosotros a la hora del recreo, porque parecen bien amables y entretenidos.

Cada uno de los abeceuno pasantes de la onegé tiene un nombre, pero como son tan difíciles mejor seguirán siendo abeceuno pasantes de la onegé alemana, de eso si me puedo acordar bien.

Al Jasthyn lo quieren más que a nadie, a lo mejor ahora queda al día con la cuota de cariño que siempre debió tocarle. Aunque yo no sé si lo necesita, porque uno no vive con cariño, sino con monedas y él siempre sabe cómo hacer monedas.

El Jasthyn es el guía turístico de los abeceuno pasantes de la onegé alemana, como el conoce todo y a todos los anda trayendo por todas partes en la pobla. Yo creo que este es un nuevo trabajo para el Jasthyn y le debe gustar porque se bañó, se peinó y se puso ropa nueva. El problema es que yo nunca pensé que sería tan distinto verlo así de limpio, ordenado y brillante. Todos les dicen los alemanes, pero yo he aprendido que mientras más largo y difícil la gente habla los demás les prestan más atención, los invitan a dar charlas y hasta los aplauden. Yo quiero ser algún día, así de importante, por eso me estoy ensayando.

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