Diez mini-cuentos

Diez mini-cuentos

Nieves Merced

02/10/2017

  • 1. UNA MUSA EN LA CALLE
  • Ella viste con ropas holgadas que acentúan la majestad de sus pasos. Su vestido hondea a la manera de las túnicas que antes ciñeran las ninfas del bosque, dueñas de la belleza y la juventud eternas. Sandalias al mejor estilo del Olimpo conducen sus pasos lentos y seguros, aunque ya no se escurra entre el follaje de los bosques donde jugaba con el viento o con las aguas límpidas de los arroyos en los que, siguiendo a Diana vagaba libre y feliz, confundiendo a los pastores o apostando carreras con dioses o semidioses transidos por su belleza. Su cuerpo está dorado por varios siglos de sol y sus cabellos recogidos de manera perturbadora capturan los diversos tonos de la luz desde el amanecer hasta el ocaso.

Sus ojos reflejan cierta rabiosa impaciencia, tal vez decepción, su rostro muestra un rictus de tristeza.

Dos comentan al verla de cerca:

-Mírala de frente ¡Tiene como 50 años!

– Tal vez más –acentúa el otro

Ella no se da por enterada. Es una diosa, así se vista de jovencita.

2. LA CITA

Perseo, espejo o escudo en mano- que para la ocasión es lo mismo- se había acercado a Medusa sigilosamente. Ella durante un instante se ha contemplado en el espejo; al verse reflejada comprende su verdadera monstruosidad. Entonces decide morir. Apaciblemente expone su cuello a la espada. El golpe fue fácil y certero. Luego ambos posan como héroes para la eternidad. Habían cumplido la cita.

  • 3. EL OLIMPO AHORA

La ciudad es un laberinto, sin caminos, sin distancias, sin memoria. Por eso no te asombra reconocer en las líneas blanquísimas y abanicadas de cualquier edificio, o en los cortes perfectos del vidrio o del mármol, a ese otro Olimpo, ese que hemos olvidado. Pero en el que persiste toda una legión de dioses y semidioses con laptops de última generación y trajes de alta confección entretejiendo la historia propia con la de los hombres, defendiendo su última porción de inmortalidad. A Zeus se le ha visto con la forma de un magnate financiero, haciendo temblar el mundo con sus estrategias macroeconómicas, rigiendo con mano de acero un mundo de transacciones en bolsa de los grupos de inversionistas, dueños de la vida y el sueño ajenos.

Como hombres no nos queda más que aceptar los designios de los dioses.

  • 4. DAFNE ARREPENTIDA

Sí. Su carrera loca la había puesto a salvo de las manos de Apolo, de su boca y de la urgencia de su carne. Pero qué sola estaba ahora. Cuánto quisiera que la corteza que antepuso a sus ansias fuera ahora desgarrada por la calidez de sus caricias.

Pero sus pies están definitivamente adheridos a la tierra, firmes venas detienen el palpitar de su sangre y su esbelta figura fue reemplazada por un tronco tan firme como inalcanzable. Los cabellos ondean con el movimiento de las ramas y en ellos se anidan pájaros en vez de ideas. Está por demás decir que Apolo se ha ido ya.

  • 5. NARCISO EN EL ESPEJO
  • Caminó hacia la puerta vidriera mirando su cuerpo entero. Le gustaba en verdad su figura espigada, sus anchas caderas, su vientre plano, sus piernas largas y contorneadas, su cabello abundante y salvaje…

No lo vio o no quiso dejar de verse y se fundió con el cristal. La ruptura fue precisa y contundente. Atrapada por siempre entre lo furtivo del espejo y lo cambiante de su aspecto. El tiempo no se detiene las fisuras no dejan de verse.

6. EL MINOTAURO SOY YO

  • Se ve perdido en su propio laberinto. Sabe que El Minotauro igualmente corre por pasillos oscuros y húmedos, buscando algo. Tal vez matar o ser matado, pero al fin y al cabo enfrentarse de una vez con su enemigo, tal vez consigo mismo. Se encuentra en lo más recóndito, al cabo del miedo.

Se miran y pasan de largo.

  • 7. EL NUEVO CORTE DE PELO

Medusa, salvada en el último minuto de la decapitación a la que estaba predestinada, decide hacerse un nuevo corte de pelo, Creyendo despojarse así de toda la monstruosidad que la acompaña. Ya liviana de tanto peso sale a la calle totalmente calva, pero descubre áspides en las miradas de los transeúntes, que amenazan con petrificarla.

  • 8. EL OLVIDO

Vivir sería entonces una suerte de olvido, para no recordar que somos dioses caídos. El olvido sería una estrategia redentora. Olvidar para no sobrellevar la tarea casi imposible de ser alguien y tener que armar su cuerpo con trozos de tortuosa memoria. Contemplarse a sí mismo en el fugaz instante en que una gota cae en el estanque antes de ser olvido.

  • 9. DEFENSA DE CAÍN

Presumimos en Caín un alma de artista o de poeta, que por algún motivo no se sentía igual de amado que su hermano.

En este temprano fratricidio nos muestran a dos tipos de personas según su especie: los hombres prácticos, que hacen cosas lógicas y correctas, que fabrican artefactos y dan solucione ciertas a problemas correctamente planteados: los eficientes y productivos a los que les sube derecho el humo.

La otra clase de gente son los insaciables, los que no están satisfechos con lo que hacen, los limítrofes los que siendo brillantes se consideran imbéciles y también viceversa y que campean entre la genialidad y la perversidad, los condenados a deambular por el mundo buscando su sentido y las experiencias para colmar su espíritu y hacer su obra: los atormentados y poco prácticos artistas.

  • 10. DONACIÓN
  • Al otro lado del teléfono oyes una voz recia, segura contundente: Fundación Fundayama, para mujeres con cáncer de mama. Te da las indicaciones para llegar con una precisión de quien conduce a invidentes. Te recibe una mujer de cara ovalada y hermosos ojos azules, con cabello lacio cortado a los hombros. Se siente aliviada porque vienes a de donar tu pelo sin la agonía respirándote en la boca y la escuchas. Siempre tiene que escuchar y hacerse la fuerte, las que recién llegan traen los pasos vacilantes y el alma arrastras.
  • En el fondo no te cree que estés calva sólo porque te dio por donar el pelo. Tu dejas el pelo y te llevas una historia.

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