Después de un año

He visto cómo cambian los días en un segundo,

cómo las amistades se reducen a las esenciales,

donde en tiempos de precariedad y pena se descubren

y en mi instinto acudo a las que quedaron, las que tenían que quedarse

He visto como el amor que un día miré a los ojos

hoy se desvanece en la ausencia latente e indiferente

y aunque lo siento guardado en mi pecho,

sé que no volverá y sólo quedarán mis pasadas memorias

He visto como el fracaso me ha tomado de la mano

y me ha zambullido dentro de un mar de confusiones,

dentro de un miedo que atenta mis noches largas

y, pese a todo, he tratado de llevarme bien con él

La vida da y quita en la medida justa

y yo la persigo para entenderla y asumir,

asumir cuántas cosas han de pasar para dilatarme

y encontrar la calma dentro de las tormentas que aquejan

¿Cuántos golpes más habrán de abrirme los ojos?

quiero vivirlo todo, en la luz y en la oscuridad, sin prisas

porque este tiempo ha sido una pequeña gota desafiante

y quién sabe cuánto queda realmente de tiempo para sentirlo

Me encuentro en una extraña posición de calma e inquietud,

dos sensaciones opuestas para una vida confusa,

he sido de papel y piedra a la vez, ligera

y en las mañanas sigo despertando con el sinfín de la nostalgia