Moja Szansa – Mi oportunidad (Relato Breve)

Moja Szansa – Mi oportunidad (Relato Breve)

Cipriano Jiménez

21/09/2017

(Comentario de Antonio Valero)


(Audio-Relato)

Mi bizarría propia se divisa al otro lado de la reja del barracón. Aliento que rompe el silencio entre disparo y muerte. Vivir entre paredes y literas mugrientas, dormir sobre una almohada bajo la que guardo dos raciones de pétreo pan con mucho rencor de guarnición, para acompañar tanto mis sueños como mis cenas. Teniendo en cuenta la presión y el horror que supone dormir, teniendo en cuenta el peligro que supone esconder raciones, esconder tus necesidades, tu rabia.

Dormir y morir a manos de los mismos que nos expulsaron de nuestras casas y asesinaron a nuestros familiares. Los que nos marcaron como animales, los que ahora nos exterminan.

Primero arrestados, después insultados y ahora exterminados. Siempre amenazados como pueblo, siempre colgando de una cuerda floja, que desde hace tanto es tan fina… Que hace un año se acabó por desmenuzar. Y a todos los judíos nos ha dado un latigazo al romperse.

Hace una hora que se llevaron a Vladek. Ayer se exhibieron los últimos momentos de su cuerpo ahora inmóvil. Neumonía, dijeron. Puede que al amanecer vengan a por nosotros. Dios quiera que sea para llevar a cabo la segunda guardia nocturna.

No creo que soportase más trabajos forzados… Al fin y al cabo, antes era un periodista. Trabajaba en el periódico local de Varsovia. Redactaba encuestas y, en ocasiones, era yo mismo quien repartía los periódicos casa por casa. Algo bastante decepcionante, pero este mundillo era mi pasión. Aunque a saber qué es de este mundo después de la guerra. Los humanos somos una epidemia, incluso para nosotros mismos. Ya sea por diferencias religiosas, racistas o políticas, nos aniquilamos los unos a los otros. Así, una gran vena de la crueldad humana deja huella en la frente de la libertad, cortando el paso a cada gota de sudor, presa del miedo, que intenta huir.

No exagero sobre la crueldad. No podría describirte lo que veo a mi alrededor. Observar a alguien y no saber si está vivo… o sin vida, porque duerme sobre su propia sangre o sobre la de otro al que, previamente, se le escapó su oportunidad, la vida.

Ya, pero, ¿qué es la vida? Aquí no es más que lo relativo. De un segundo a otro, se escapa la tuya. Así de simple, tan sencillo, una carga tan dura, pero que ellos saben llevar sin problemas. Demuestran que matar parezca fácil. Para otros es un peso que se lleva encima cual signo entintado sobre la espalda.

Sin duda, agradezco a mi padre todo su empeño y esfuerzo en inculcarme estos valores imborrables en mi memoria. Cuando era niño me castigaba de una particular forma: me obligaba a leer novelas y escribir poesía. Fue entonces cuando descubrí esa pasión. Todo esto ocurría diariamente, algo antes de estar confinados en el getto.

Nunca había mirado a mi padre como lo hice antes. Una charla con él en su último suspiro. Un niño, entre el caos y el terror, que sirve y ayuda a sus verdugos.

No sé realmente lo que siento. Extremo cansancio, dolor, o puede que se esté agotando mi oportunidad. En cualquier caso, como testamento, último pensamiento y bocanada de aire, como gota letal que expectante aguarda su presencia, tratando de huir del sistema; sólo quiero decir que me gustaría ser periodista en el Nuevo Mundo. Pero, para mi desgracia, sólo soy un niño judío.

Edición por Antonio Valero.

-Cipriano Jiménez Romero.


URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS