Respiro pétalos de deseos que van creciendo como largas raíces dentro de mí, buscando lo profundo donde puedan detenerse, pero incrementa su aroma en mi corazón, rasgando lo que debe ser ahora pero no es, ahora se esfuma la certeza de saber que llegue a lo profundo, me siento en el aire sin tocar el suelo. sin tocar el gran destello que podre lograrlo, sin poder cerrar mis ojos por temor a lo que habrá dentro de mí, desviando el interés a lo que puedo ver cuándo lo que no veo es lo que hace desmoronarme. El miedo recorre el tronco de mi alma, pero el fuego ferviente dentro de mí es como una ola que lucha por llegar a la orilla para alcanzar la esperanza de que todo se cumplirá, como la confianza de que si sale el sol la luna estará luego, como la certeza de aquel otoño que espera que caiga la última hoja, como aquella semilla que anhela florecer, como el invierno deseando lo cálido para dar paso a la luz de lo que no se veía y se necesitaba.

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