Y de repente es un nuevo día, te levantas y te das cuenta de que ya no necesitas voltear a tu pasado para pedir prestados recuerdos que aviven tu miseria inexistente, que has vuelto a abrir tus ojos, que encontraste nuevos horizontes aun después de haber estado ciego.

Sabes que ya todo es diferente, que una parte vieja de ti se quedó atrás para cuidarte y enseñarte a sobrevivir del miedo, que la soledad es un recurso que te presta la vida para aprender a conocerte y aprender a quererte, para enseñarte que la felicidad no depende de nadie más que de ti, que las personas solo son prestamos del universo, entonces este día te das cuenta que ser feliz no es más que a aprender a vivir de los buenos momentos, soltar perdonar y entender que eso que creíamos nuestro solo es una estrella fugaz que nos llena de luz y hermosura pero tan solo un instante.

Levantamos el rostro y volvemos a sonreír, apreciamos la hermosura con lo que fuimos vestidos al nacer y encontramos de nuevo la esperanza, tal vez nos cuesta mucho encontrar la respuesta, pero una vez estando allí sabremos que, aunque un bueno beso puede traerte dicha, ningún amor vale más que estar tranquilo.

Aprendimos de la vida pasada, a vivir ansiosos del presente y deseosos del mañana, que ya no estarán aquellos amores fortuitos, pero que siempre vendrá alguien a ser parte del camino, que por más oscura que sea la noche siempre habrá amanecer.

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