Recuerdo fugaces logros de grandeza y la existencia misma que se fue de entre las manos, acompañado por tanta gente y asfixiado por una soledad remanente que muestra la ausencia de todo lo que realmente conozco, hay tanto silencio del silencio que me gusta oír y tanto ruido de extraños que no puedo enmudecer.

Tan llenos y fatigados de sueños clausurados que se quedaron a la espera en la misma vida que se quedó en pausa, suspiros pronunciados de miradas perdidas que desaparecen en el mismo horizonte, hay tanto aquí adentro que quisiera salir, pero la oscuridad de esta miseria sepulta lo bonito de existir.

Tal vez un alma tan incomprendida como la mía encuentre algo de placer en las memorias fundidas en el hierro, pero hay afonía en la voz de mi corazón al recordar que hasta el viento con todos sus errores puede volar libre.

Como extraño ser un rey, como extraño que extrañen de mí, la filosofía que marcaba mi vida, los minutos se hacen horas y las horas se hacen días viendo como la vida sigue, y al pasar de frente a mí murmura lo mucho que perdemos con lo poco que ganamos y hoy todo se resume en años; pues el calendario se volvió una extensión de mi vida.

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