Melancolía

Cada noche entra por mi ventana la necesidad de tenerte en mi día eternamente, pues casi que te perdí por completo, pero aun tus recuerdos penden de un hilo sobre olvido.

Desde lejos te alcanzo a percibir tan feliz, que siento culpa de haberte ofrecido mi infortunada felicidad, pues ahora veo en tus ojos las mariposas que intente dibujar para ti en el camino.

Es grandioso verte volar tan alto pues motiva la idea enloquecedora de que la plenitud llego a ti continua con la amargura a mi vida. Es esto tan prometedor que te desearía una eternidad al verte sonreír de esa manera.

Hay suspiros fugaces y lagrimosos momentos que van acompañados por una larga y dolorosa sonrisa, pues tu aversión es el yugo de mi acalladlo y sometido corazón; Porque mi amor altruista fue tan incomprendido que a la final termine siendo el bandido de la obra que pintamos juntos. Pero solo quise que fueras tan feliz como lo eres ahora.

Me embelesa la primicia de tu ventura, pues has fomentado en mi velada mente unas ansias precoces de buscar incansable una nueva afición, mi corazón murmura que podría ser solo envidia, pero la conciencia me dice que algunos lo llaman superación.

No me queda más que desearte el infinito pues combina a la perfección con la magia que escondía tu naturaleza, por tanto, como hombre solo pude negociarte un vistazo a la luna y hoy te llevaron a un nuevo universo.

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