Vencido el norte
que nos lleva por la vida
sólo nos queda una ente,
que es vivirla.
El naufragio
que nos espera
tiene fecha,
pero no rima.
Porque el tórrido frío
no teme a la pericia,
porque el álgido calor
siempre se liquida.
Hundimiento inevitable,
como barco por marea
tratamos de vivir
sin ver el fin,
aunque esté ahí.
Torpes tropezones de excusas,
alteran la marea,
y nos atrapan en un eterno
e inaudito océano
de tareas.
Torres de memorias
se derrumban ante nuestro fin,
torturándonos con preguntas
ni principios pueden fingir.
Dudas sin respuesta,
de quehaceres sin hacer,
de amores perdidos,
de despedidas que nunca tuvieron que ser…
Qué frágil juventud,
si rápido vino,
más rápido se fue.
Como culpable sin juez,
como asesino sin arma,
el tiempo,
nos adula la piel.
Libidinoso,
y orgulloso de sí,
nos mustia
de forma lenta,
de forma tierna,
sin prisa,
con paciencia.
Con abstracta mirada,
e insonora risa
está entre nosotros,
pero no nos alcanza la vista.
Pasa el tiempo,
pasa el minuto,
pasa el momento
y todavía digo que
no tengo tiempo.
Mi vida,
no tengas prisa,
no tengas miedo.
Nadie sabe qué vestir
lleva el tiempo.
¿Cómo describir al único
que vida te da
y aliento te quita?
Si cuando no estás se estanca,
si cuando estás se esfuma,
¿cómo puedo querer tener vida
sabiendo que un día vida querré tener?
Como marea por barco,
con la edad y con los años
te hundes en el más inevitable
de los fracasos.
Si morir es el duelo,
y tú eres mi agonía,
¿qué voy a hacer yo
cuando el tiempo,
el ser más bastardo,
te convierta en mi añorado
y caducado pasado?
Vencido el norte
que nos lleva por la vida
y vencida ya la ente
una vez vivida…
Quiero hundirme contigo
efímero amor,
muérete en mis labios,
que no hay suspirar más marchito
que el no tenerte a mi lado.
OPINIONES Y COMENTARIOS