Elena hay amores ciegos, sin venas, que solo ven adentro de las cosas y descubren la belleza, hay días,  como meses,  que el amor se nos olvida como una llave, como un lápiz en la mesa.  Tengo ganas Elena de arrancarte con un beso todas las lagrimas de tu alma pasajera, se me ocurre algo, llenar de rosas blancas un panteón y decirles a los muertos que aun existe el amor,  que no fue en vano su muerte ni su estancia en el olvido y que la esperanza no termina sigue latiendo como una estrella callada en el viento escondido.

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