Me dicen que soy impaciente, olvidadizo lo que piensan de mí, a pesar de los sucesos vividos en los últimos años, el que les narrare a continuación es el que no ha salido de mis sueños desde aquel invierno.

Eran las 10:00 pm, aquella hora marcaba el reloj la última vez que lo logre ver en la oscuridad, me hallaba acostado en mi cama de aquella habitación oscura de un hotel muy alejado de mi ciudad natal. Veo el techo que vagamente se alcanza a divisar. Me encontraba con un sentimiento sencillo de cierta tranquilidad que me mantenía en calma. Intentaba dormir y de poder descansar, pero al pasar los segundos me di de cuenta que no podría obtener el sueño tan fácilmente. De repente, un ruido seco se escuchó al otro lado de la habitación, en ese instante me asusto tanto que me deja sin habla, el temor de aquel sonido hizo que los latidos de mi corazón se apresuraban dramáticamente, (yo creía que podría darme un ataque al corazón), pero para mi fortuna no era nada, solo era el viento que entro por la ventana perturbando la habitación, olvidaba decir que aquella habitación se hallaba en una condición lúgubre. 10:30 pm, a pesar de que parecía que los sucesos anteriores se hayan llevado acabo en el poco de tiempo que ha pasado, me doy de cuenta que el tiempo pasa como una estrella fugaz.

Vuelvo a mirar el reloj que cuelga en la parte media de la pared, dejo que el reloj que se encargue de iluminar suavemente en la oscuridad, con sus manecillas. Poco a poco se convierte en una obsesión secreta de miedo y terror. Aquella noche mientras yo sigo en mi cama, me hallaba en busca de la ventana que el viento había abierto, cuando por fin la encuentro logro ver a la luna impresionante que se instala en el cielo estrellado con fiereza, de repente siento que mi cama empieza a moverse un poco, el terror me hace dar un grito ahogado en la almohada rígida. Temeroso me inclino, poco a poco hasta posarme en un ángulo de 90 °, mi corazón palpita tan fuerte que siento que poco a poco me abrirá un espacio en mi pecho, y saldrá por ahí, mi respiración se me acelera y no la puedo controlar. Mis ojos y mis oídos se afinan para poder ver un objeto que se movía lentamente entre las sabanas y q de repente empezó a aumentar de altura en las sábanas de mi cama, la desesperación me hace paralizado, mi mente esta en blanco, cualquier movimiento que tuviera pensado se anulo y se esfumo como el humo en el viento. De repente, ese objeto que se elevaba libremente por las sabanas, se detuvo y poco a poco fue levantándose hasta tomar una altura de unos 10 centímetros aproximadamente, mi rostro estaba pálido, la respiración era totalmente descontrolada, los latidos de mi corazón no eran mas que un sonido constante que se asemeja a los tambores, podía ver y dar la prueba del terror que tenia dentro de mi en un momento que no quiero llegar a un acuerdo, fueron los mas te aterrorizantes de esa noche, sentía como una cuerda de una textura muy similar a la del algodón me agarraba de mi pierna y se envolvía en ella. Trate de soltarme pero ya era demasiado tarde, mi cuerpo se hallaba paralizado, y así en ese estado fui arrastrado violentamente hacia el suelo, el golpe me hizo daño inmediatamente, finalmente, como si estuviera despertando de un largo sueño, pude gritar, ¡AYUDA! Mi voz que resalto e inundo todo el cuarto, se esfumo y se perdió sin que nadie la escuchara, pero el miedo y la desesperación aumentó al ver que la cuerda se me arrastraba hacia la ventana abierta previamente por el viento, doy otro grito que vuelve a escapar del cuarto, vuelvo a repetir aquella llamada de auxilio, empecé a repetir a alaridos aquel llamado, posiblemente, pero el terror me hacia silenciar y me hacia llorar, con razón, y justo en el último momento sentí como salía por la ventana.

Me miro la pierna y veo que ningún objeto la sostiene, en ese instante mi vida esta confusa, logro ver el suelo y entiendo que estoy volando, pero por alguna extraña razón el terror y la desesperación no cesaron, en ese mismo instante ciento como un impulso me lleva con toda la fuerza posible arrastrándome al suelo, VOY A MORIR, eso pienso cuando cierro los ojos antes de tocar el suelo a una velocidad impresionante, todo mi cuerpo estaba aterrado, inmovilizado de los pies a la cabeza, cualquier intento por mover un musculo era anulado por una fuerza invisible o inexistente, lo único que podía hacer era escuchar los latidos constantes de mi corazón, tenia los ojos cerrados, lentamente los voy abriendo y cuando están totalmente abiertos logro ver que ms pies se encuentran en el suelo, mis músculos se relajan y empiezo a caminar por un callejón largo y oscuro y en el cual a lado y lado se encuentra una serie infinita de puertas, la impaciencia se apodera de mi, cuando de repente una de las puertas se abre, la curiosidad me hace ir por instinto hacia aquel lugar, a cada paso quedaba, la respiración y os latidos de mi corazón se normalizaban. Pero de pronto veo que de la puerta recién abierta sale un hombre con una chaqueta de cuerpo entero de color negro, se posa en frente mio, me lanza una mirada fría, luego de eso introduce su mano en uno de los bolsillos de su chaqueta, sacando una pistola. En aquel momento, la mirada queda estupefacta, poco a poco me doy dando la vuelta hasta quedar mirando hacia el otro lado, en un momento inesperado empiezo a correr a la máxima velocidad que dan mis pies, mi respiración estalla en un movimiento descontrolado de mi pecho, la confusión inunda mi mente, y cuando creo que ya me habré alejado lo suficiente, lo escucho, un estallido que rebota en las paredes, instintivamente me doy vuelta para ver que ha sido, cuando alcanzo a divisar el proyectil que viene hacia a mi, trataría de esquivarlo, pero ya es demasiado tarde, logro sentir como el metal caliente, penetra mi piel y mi carne, y puedo ver como poco a poco empieza a salir mi sangre a borbotones, en mi cabeza solo queda la pregunta ¿Por qué?, siento que mi corazón se apaga, mis parpados quedan entrecerrados y siento irme de este mundo.

De pronto un sonido lejano llama mi atención, va aumentando poco a poco hasta ser un ruido infernal y q no cesa, abro los ojos, y estoy en la habitación del hotel, la ventana por donde había sido jalado se encuentra cerrada y los rayos del crepúsculo del amanecer inundan el cuarto, reviso mi cuerpo en el lugar donde había impactado el proyectil y no hay nada, mi respiración es suave, pero los pálpitos de mi corazón hacen que sude, veo en el reloj la hora, las 7:30 am. Y mi en mi noche sol ha pasado una pálida imagen de terror y desesperación.

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