Me permitiré contarles una de las tantas historias de amor que hay en este mundo, una de aquellas que viven en el anonimato de las estrellas, de esas que no se olvidan con el pasar del tiempo. He vivido durante largos años y he visto como el amor se emprende una larga travesía, como, el amor viaja a través del alma y del cuerpo, para así acomodarse en sentimientos que no poseen orden alguno y que evaden la realidad. Empecé a escribir hace ya mucho, no recuerdo muy bien mis primeras líneas, debieron haber sido toscas y cortas, hasta que llego el día en que a una mujer le dedicaría una de mis letras, este fue de amor, no fue un éxito pues mis mejillas coloradas y adoloridas así lo manifestaban, una bofetada en el rostro había recibido por parte de aquella mujer, pero no importo y seguí en esta virtud que llaman escribir, inventé mundos nuevos, iluminé noches con palabras, inunde de sueños y pasiones aquellos espacios que la soledad daba, y así fue mi vida, así fue mi caminar y así empieza esta historia.

Un día de aquellos soleados de Abril me dispuse a realizar mi caminata matutina, las calles aledañas a ese parque de frondosos árboles, cuyo nombre no recuerdo en este momento, y entre todo lo cotidiano y la gran variedad de personajes que habían en las aceras me encontré con una joven de no más de 15 años, era bajita, con un cuerpo un poco más desarrollado de la edad que aparentaba, ojos marrones y labios carmesí, estaba contándole una historia a unos jóvenes que cruzaban por el área, escuche el fragmento a medias sobre un dragón y un tiburón, me pareció cómico escucharla y ver como hacia una vaga representación de aquello que contaba, así que con cierta malicia espere a que terminara para abordarla y hablar con ella, le pregunte -¿Quién era?, ella con dulzura me analizo de pies a cabeza y al sentirse de cierta manera en confianza, habló, me manifestó que era cuentera, que ella manejaba las historias como un hobbie, como su pasión y vicio juvenil, se podía evidenciar que era aficionada a ellas, que podía vivir como todo el mundo, pero que no podría pasar un día sin antes contar una historia, así que en mi curiosidad de escritor novato, de poder descubrir aquella arte oculta, de un talento poco conocido, le pedí que me narrara una de sus historias, callé un momento y recordé que no traía conmigo la billetera, excusándome por no tener dinero para pagarle le manifesté si tenía algún problema de hacerlo, pero, ella me observo estos desgastados ojos, calló unos segundos y sin importar que fuéramos desconocidos, me beso la frente, se sentó en una de las sillas de madera que habían a pocos metros del lugar, y allí, llegue yo a escuchar a esta infante cuentera que manifestaba que solo añoraba como muchos bohemios, robarle la inspiración a la tristeza, calló durante unos segundos más y me narro lo que os plasmare aquí, una historia de amor que mucho se ha visto y que solo genera redundancia, pero ahora está escrita para ustedes mis queridos lectores…

Como toda historia clásica, está debería iniciar con érase una vez, pero eso ya está muy trillado, así que simplemente diré los personajes, eran dos muchachos, de esos que se conocen por cuestiones adversas al entendimiento, tal vez porque ya estaba previsto en el libro de la vida o era una premonición en el libro del destino , el caso era que estos dos seres se amaban como ninguna otra pareja lo hacían, sus manos parecían haber sido hechas para encajar a la perfección en las manos de su pareja, daban cierto meollo a la ideología que tenían acerca del uno y del otro, aquel entendimiento entre ellos dos era de una exquisitez digna de cualquier estudio psicológico sobre comportamiento amoroso, pero, como todos los amantes existentes estos realizaban sus promesas con un grado de envolvimiento, que tal vez era mayor que cualquier pensar, se juraron unión eterna, dejaron que sus labios sellaran su ideal y en ello una gota helada caía del cielo, en este momento mi interlocutora a callado, se asentó los cabellos de aquel dulce azabache clásico, corrigió su postura un poco encorvada, y dirigió su mirada al cielo.

Tal vez esta gota no es importante para la historia pero así me la contaron, y así como me la contaron se las narrare, esta gota se deslizo con su sutil naturaleza hasta descender por la frente de la muchacha, poco a poco recorría el terciopelo de su rostro hasta que murió en los labios, se fue fundiéndose en aquel beso desenfrenado de los corazones, aquella que era más la entrega del alma de cada uno al otro, y las palabras de aquellos que decían ser Esposos, novios, amantes y amigos era una promesa que solo la vida sería testigo de ello, pero que como sabemos no siempre se vive feliz en los años y estas palabras pasan a ser espirales de humo que amenazan con esfumarse en olvido con el correr de las brisas del tiempo.
El amor era parte de su vida, el chico sabia la salida de él, pero deseaba encontrar la manera de andar al lado de la mujer que había dominado su corazón, era un joven de apenas 20 años con un futuro adelante, le gustaba la escritura y los deportes, pero su padre no compartía dichas aficiones, así que la disputa familiar se notaba en la cotidianidad de la casa, él termino yéndose al ejército, no era por gusto de él, sino por complacer a su familia, todo radicaba del deseo irónico de una tradición familiar, su padre manifestaba que en la línea genealógica de la familia siempre el mayor de los hijos se dedicaría a la vida militar y esta vez con mala suerte para este muchacho, él era el mayor de sus 4 hermanos, así que por el honor que decía tener ante su abuelo que tanto le había enseñado decidió irse, cumplir el destino que algún ancestro había forjado para él.

Claro que se iría, se alejaría de aquello que había forjado, pero no se iría de su ciudad sin antes despedirse de aquel amor que le dio tantas alegrías en aquellos días que serían ya de antaño, dedico un día entero a aquel bello encuentro de amor, un día donde se encontrarían las almas y hablaría el corazón, un día donde las palabras tallarían uno a uno los sueños de las noches venideras. Se vieron en un parque de su ciudad, el día era despejado y el amor de estos amantes era singular como la estrella del norte, las palabras y promesas de jóvenes amores fueron dichas como si todo estuviera contenido en un libreto anticipado, se prometieron seguir amándose a pesar de la distancia y del tiempo lejano, que aceptarían vivir cada uno a esta distancia infringida, el día pasó, fue fugaz como un recuerdo y único como un amanecer, un beso dado con el corazón, un beso apasionado del que las almas fueron las participes, un sol que desaparecía en el horizonte era fiel testigo de esas promesas que se veían amenazadas con el tiempo, pero que las estrellas cerrarían una unión que nadie conocía, una lagrima derramada desde el ojo marrón de aquella muchacha sellaba el final de la despedida y así, el comienzo de una nueva vida. ”Una historia que muchos de pronto han vivido o ya la han visto, un amor alejarse sin saber si algún día volverá, en este momento la jovencita cuentera calló y miro al cielo otra vez, no le pregunte nada solo la mire y espere, ella devolvió la mirada con una ternura mágica y envolvente, y reanudo su historia”.

El amor es uno de los sentimientos más raros que hay en el mundo y es el que más se ve, pero aún no sabemos cómo entenderlo o cómo manejarlo. La separación de estos dos amantes fue muy dura, pero fue más exhausta para ella, ella era una mujer de 19 años de edad, tenía un cuerpo hermoso, unas caderas pomposas y un rostro angelical, era una belleza deseada por muchos, pero ella se reservaba a aquel amor al que le juro amor eterno, tal vez fue eso lo que la alejo de sus ideales y se aburrió de su soledad, pues el frió de la soledad inundaba su habitación y lo gélido de las palabras daban eco en sus paredes amordazaban del corazón, así que como toda persona perdida que busca quien lo guié, ella busco a un hombre que le diera ese encanto de la compañía. Lo encontró, no había forcejado para dar al fin con su búsqueda y con su espera, al fin había llegado, ahora ella con 22 años y tres años después de aquellos puntos suspensivos, un joven llego, era un muchacho apuesto, de 26 años, tenía un carisma y una forma de ser que solo con sonreír enamoraba y emanaba cariño, poseía una conexión social de alto calibre por así decirlo, todo esto radicaba gracias a su padre, puesto que era el alcalde de aquel lugar, la conexión entre estos dos seres no fue la misma que en un pasado había vivido aquella muchacha, pero se querían y a ella le bastaba con saber que alguien estaba ahí para ella, y bueno, como cualquier pareja que inicia una nueva historia, se vieron enredados en largos días que corrían entre reuniones protocolarias y momentos de intima conversación, no hablaban de temas diferentes a la política o a la sociedad, de vez en cuando el amor y la farándula, y bueno así paso todo un año, hasta que el joven decidió proponerle matrimonio a esta muchacha que aun decía amar a aquel viajero lejano que era un recuerdo latente en su corazón, ella no lo amaba, no lo quería lo suficiente para entregarle todo su amor, pero su padre, otro político reconocido en la ciudad vio la alianza estratégica que posiblemente se podría efectuar con la unión de esos jóvenes con pasos hacia la adultez, así que obligo a su hija a contraer matrimonio con este joven.
“No siempre deberíamos tener aquellos que nos obliguen a hacer lo que no deseamos, el corazón es libre pero terco y juguetón, pero sobre todo él sabe lo que desea, en esta ocasión la joven cuentera se queda mirándome fijamente, le doy una consigna para que continúe y ella lo hace con una delicada cortesía de una dama bien educada…”

Aquel hombre no despertaba ningún sentimiento que obtuviera algún valor concreto para poder casarse con ella, pero ya todo se había acordado, y 30 días después de lo pactado el matrimonio fue efectuado. Como esta es una historia común que muchas personas ya han escuchado o que incluso ya han visto y mucho más importante ya han vivido, pues se imaginaran la boda a su acomodo, lo único que les diré es que era una boda común, con invitados comunes y actuarios comunes, no había nada de sutil rareza en aquel recinto, no deseo entrar en detalles de una celebración que es tan común e importante en nosotros como seres humanos, pero todo era común, excepto claro está el corazón de esta joven, pues muy en el fondo sentía como traicionaba las promesas que dijo junto con el alma a aquel ser que en verdad le había dado la forma de vivir, de tener esa existencia sin la necesidad de morir en sus pensamientos moribundos, pues ella era antes una suicida, un ángel negro caído en la tierra, que buscaba la forma de como volver a su hogar, pero ese joven le devolvió la vida, fue tal vez un beso o una caricia, pero ella entendió que la vida valía más que solo un deseo oscuro, que de igual manera es el final del camino. Volviendo a los sentimientos que florecían al pensamiento de aquel joven que ahora era su esposo, se sumaba el sentir moribundo de blasfemias y de desprecio puro, no como odio si no como una división que no debía cruzar y que sabía que estaba haciendo mal. Al final de la ceremonia, todos se fueron, dejaron el salón en un silencio oscuro, con una neblina sombría que allanaba los recuerdos de esta mujer ahora casada y daba paso a la duda de sus decisiones.

Pasaron los días y como cada boda del común es seguida por una luna de miel, no entrare en detalles del lugar así que dejo el lugar a su imaginación. Ella sabía que no había escapatoria, su virginidad había llegado a su fin, ahora se entregaría con un temor y desprecio que solo el alma manifestaría con demonios internos, así que dejo que la noche se dominara de ella, el ritual fue el mismo que todo el mundo ha hecho por siglos, se despojaron de las ropas y él, la beso por todo su cuerpo, dibujando con la yema de sus dedos la silueta del cuerpo de aquella musa poética que poseía ahora y que llamaría de ahora en adelante, su esposa, ella se dejaba consentir, pues era su esposo quien le hacía ello, pero ella se definía entre el repudio y el placer, sabía que esto lo había esperado durante mucho tiempo, pero el alma solo aceptaba un hombre en la vida de aquella mujer y el cuerpo era rebelde a ese ideal, así que solamente callo y se dejó llevar por los movimientos de las sabanas y de aquel que era su esposo, entre su entrega y su pasión se fue la noche, hasta que por lógica natural, el sol se instauro en su morada celestial, era radiante y cálido, cubría aquellos lugares donde la noche había estado y ahora eran testigos de lo que había ocurrido en aquella habitación, ahora en esta mañana el hombre dormía, y ella lloraba por cuestiones que solo las mujeres entienden, “ Cabe explicar que la joven me dio toda una clase de que sentía la mujer, así que preferí no contar todo…” Cometió un error, le decía el corazón al cuerpo, pero el cuerpo era rebelde a aquel pensamiento y este deseaba conocer hasta qué punto podía llegar, pero la mirada de dolor y recuerdo aún permanecía en su mente, así que siguió su vida como si nada hubiera pasado.

La luna de miel se fue de la misma manera como llego, fue fugaz como un recuerdo, y memorable como una historia, pero destinada al baúl de antaño, la mujer ahora sabía que su amor hacia su esposo era falso, puesto que el corazón ya lo había entregado años atrás a alguien que supo mover sus demonios y convertirlos en ángeles, se basó en mentiras y falsos te amo para ocultar su verdadero sentir hacia aquel hombre que aun amaba, pero el tiempo aun haría de las suyas para esta relación, y así fue, corrieron 3 años más, hasta que una noche dada por el placer que le causo ver una foto de su amante extrañado, decidió entregarse como lo hacen los amantes que en verdad se aman, dejo que el la poseyera y que él fuera suyo, el hombre la empezó a besar, dejo que sus labios recorrieran su cuerpo aun inexplorado, ella aun emocionada, dejo que el éxtasis de su mismo deseo llenara sus acciones y empezó a desapuntar uno a uno los botones de la camisa de su esposo, el hombre más hábil en el asunto, ya le había quitado la blusa y el brasier, hasta que sin darse cuenta los dos pechos se fusionaban en una danza armónica de un descontrol impredecible y sensual, él hombre puso sus manos sobre ellos, sus pechos suaves ahora tibios por el momento se combinaban con besos en los pezones marrones su fría boca jugaba con ellos, y así lentamente fueron bajando hasta quedar completamente desnudos, y en el aura de la excitación los sexos se encontraron e hicieron la danza erótica, el hombre aun deseaba más, y la mujer en ese momento sentía como el corazón lloraba, pues lo hacía con la pasión de un amante que nunca tendría y se ponía eufórico por la excitación inigualable que ahora sentía, pero ello se acabó a mediados de la noche, para ella fueron como once minutos donde todo el empuje y entrega del que era su esposo quedo apaciguado por el sueño que este ahora tenía desnudo a su lado, lo que nadie sabía era que esa misma noche un teniente llegaba del cuartel a instalarse de nuevo en su ciudad natal.

Ahora con 26 años era un hombre experimentado y aun virgen, había llegado a su ciudad natal no solo para vivir cerca de sus raíces si no para buscar a aquella mujer que le prometió un amor eterno, sabía que de una u otra manera ella lo habría esperado y que forjarían así la familia que en un parque soñaron alguna vez, llego a la casa de sus padres y dejo que la noche pasara con apolo vigilante y venus expectante, allí amaneció.

Dos seres que se habían destinado para vivir juntos, se hallaban ahora en dos camas diferentes, el uno destinado a buscar a su amor eterno y el otro ser a entender que ese amor que alguna vez juro nunca volvería, el día corrió común y corriente no hubo acto extraño que rompiera la tranquilidad de aquel lugar. Solo un hombre bien vestido que se dirigía a la casa donde sabía que se había mudado su amada, llego con cierta timidez, con esa común timidez que nos da a los hombres al tocar la puerta de la mujer que nos gusta o incluso si ya es nuestra amada, toco dos veces y contuvo la respiración, lo hacía para tratar de organizar las palabras que pronunciaría cuando la puerta se abriera, la puerta se abrió con su rechinar característico, pero para su sorpresa salió un niño asustado, el hombre aún más asustado pregunto por su amada y el niño negó con la cabeza, en ello llego el padre del hijo y el hombre repitió su pregunta, cuando vio que era militar y que tenía el apellido bordado en su bolsillo derecho sabía quién era y a quien buscaba, pues al frente se encontraba un amigo de escuela que los conoció muy bien, este amigo con dolo en el corazón invita al hombre a pasar, al sentarse en el sillón el amigo busca un video que le habían enviado con las fotos de la boda, así que con mucha cautela le entrega el Cd al hombre que ahora tiene sentado en su sala y este calla, está confundido y no sabe qué hacer, así que el amigo lo reproduce en su televisor, a primera vista no es más que una boda común y corriente, pero cuando enfocan la cámara el mundo se parte en dos, la ira y el dolor explotan en un grito ahogado que inmoviliza a aquel tierno hombre, luego de minutos de estupefacción crónica, este hombre se pone y sale de la casa, no dice nada, su mirada no enfoca sueño alguno, el amigo trata de detenerlo pero no puede hacer nada, pues se sabe que el corazón es terco y nadie puede detenerlo.

Ella está en su cama cuando recibe una llamada de su más querido amigo, las palabras escuchadas en la bocina de su celular la desacomodan y dejan que lagrimas broten desde sus ojos, se viste lo más rápido posible y sale corriendo en busca de aquel ser que tanto había esperado. Él con el corazón destrozado camina con vista al piso, se pierde en sus pensamientos y no sabe que hay en su memoria, no le importa nada de lo que lo rodea hasta que siente como un cuchillo amenaza su Orta para partirla en dos, es amenazado y al ser militar trata de liberarse, pero ha calculado mal su movimiento y la daga hace lo suyo, perfora la vena principal y deja que la sangre salga a borbotones, en ello el perpetuador huye como si no hubiera un mañana mientras las gentes se aproximan a socorrerlo, las calles se abarrotan de curiosos y de policías que hacen lo posible para mantener con vida a aquel hombre. La mujer corre y ve una aglomeración de gente pero imagina que es un incidente común, pero alcanza a divisar una gorra militar tirada en el suelo, el corazón entra a una zona donde el dolor nunca había entrado y el miedo se apoderaba de ella, sin darse de cuenta sus pasos ya eran gigantescas zancadas para llegar al lugar de los hechos, con mucha ligereza llega al cuello del lugar, justo cuando están poniendo la sábana blanca de los santos muertos sobre el cadáver que ahora yacía en el suelo, ella soltó un grito de descontrol y evadió a un policía que se hallaba de guardia, corrió y quito la sábana blanca, vio quien era, era su amado, tanto lo había esperado y cuando vuelve al fin a su morada que tanto había esperado, una daga sin filo hace mal su corte y quita la vida de aquel ser que amo con toda su intensidad, lo cargo en brazos y observo todo su cuerpo, hasta encontrar su puño aun cerrado, con lágrimas en los ojos, lo acerco a su rostro y sintió de nuevo el olor de la piel de su amado y vio que una hoja se había enmarañado entre los dedos de él, ella lo abrió y descubrió la inscripción. “Siempre te amé, Sabía que el tiempo era mi enemigo así que espere como castigo para volver a ti, gracias por esperarme amada mía…..”
En este momento de la historia los dos hallábamos llorando como niños pequeños y entendí que tan noble y delicado es el corazón….

AUTOR: DAVID LANCHEROS ROJAS

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