Eres la tarde de un día que está perdiendo su luz
Tus pasos aparecen a la vuelta del camino y me alejo de tú esquina
Sé que cuando tú luz se apague estaré doblando la tarde, debo estarlo.
Vas navegando el canal y a su final la flor marchita, aquella que recogiste ayer,
al comenzar el camino, abre tus manos, lo verás.
Mí bergantín navegará después de ti,
entre el océano de la vida y el océano de la muerte.
OPINIONES Y COMENTARIOS