Se me ha roto la cabeza, el tornillo que quedaba se perdió y ahora estoy hueca, desorientada, vivo del mundo o en otro mundo, quizá. No sé qué hice, ni que hago para que estés ahí, no soy para ti, soy demasiado mala, demasiado extraña, pero aun estas, aun esperas que te quiera, aun me anhelas.

Estoy perdida y esta intriga me fatiga, me hostiga tu estupidez, misterioso y egoísta ser. Estoy llena de sed, de besarte, de sentirte, de palparte, de gruñirte y escupirte. Escapemos, ven conmigo al infierno, juguemos esté prohibido juego, amémonos a escondidas de la reina, seamos unos miserables lacayos con un maldito amor indebido. Ven, para reír de lo tontos que nos vemos juntos, para fumarnos, bebernos, consumirnos.

Seamos más que química una reacción; un contraste de físico con física, dos cuerpos atraídos extrañamente por el universo, una revoltura de miradas perdidas, unos polos locos, desquiciados, moribundos. Vivamos de la música; de las melodías de la noche y del día, vivamos de esto y de aquello, entre basura, entre sudor y lágrimas, compartiendo ridículos títulos de libros.

Leámonos a escondidas los labios, en aquel incomodo arbusto te espero. Veamos la luna, tirémosle piedras, así, quizá venga por nosotros. Vamos, ven vuela conmigo, te llevare al mejor viaje de tu vida por estas nalgas frías, por estas piernas dolidas, por esta cabeza insatisfecha, por estos ojos con ilusión de ti, por esta alma que ha de revivir si estás ahí.

Eres mío, eso es lo que digo, tu alma está condenada, ha de someterse a ratos de tortura, a macabros y exquisitos momentos a mi lado pero dicen que estás muerto, esas malas lenguas me susurran al oído que no respiras pero yo te siento, te cómo, te aprieto.

Eso no lo entiendo, deberías despertar para hablar, deberías tocarme como yo te toco, deberías estar tan caliente como yo. Despierta aún están aquí, dicen que te mate, diles que es mentira que mi tornillo está en tu bolsillo y que el roto que tengo en la cabeza no es más que un rasguño, fue un accidente. Oye – despierta, despierta, despierta- te puse algo de rubor, tus mejillas estaban demasiado pálidas y tus manos estaban moradas

No te enojes, solo despierta, quiero despedirme, ya me voy…

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS