Habia sido tan vació el encuentro que no quedaba otra opción sino levantarse , despedirse e irse. Un encuentro despojado de calidad y sentido; había sido tan humano, tan mecánico y aburrido. Un ir y venir de gemidos fingidos, un entrar y salir de jugos forzados. El vació se sentía, las miradas ni existían, solo era el afán por sudar y descargar las malas energías. La estupidez del acto rondo por un buen rato, era tan absurda la imagen de la cama y el cuarto, de los cigarros tirados junto a la ropa sucia y de él mismo, desnudo, esperando la respuesta a su mas incoherente pregunta ¿Te gustó?… No podía pensar en responder semejante idiotez, no era capaz si quiera de mirarle a los ojos y no sentir decepción y asco.»

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS