Pude ser una bruja, una maldita bruja. Pude hechizarte mientras dormías plácidamente encima de mi vientre, pude haberte aferrado a mis nalgas con solo chasquear los dedos y entonar una melodía diabólica en tus oídos. Pude dejarte sin argumentos al pensar que podías ser mi ensueño, al pensar que podrías vivir para contar esta historia. Pude, divinamente encerrarte en mi sótano y castigarte por tus pecados; por no quererme, por no arrodillarte ante mí, por ser todo lo que quisiera del mundo y su mierda. Pude hacerte sentir el cielo con una caricia y bajarte al infierno con estas palabras. Pude ignorar la basura, a los buitres y a los cuervos rondándote mientras te despedías dejándome sin aliento. Pude y podría ser esa bruja, ser el demonio atormentando tus días, tus horas, tus segundos. Pude instintivamente matarte, cortar cada miembro de tu cuerpo y guardar cada pedazo en una caja debajo de mi cama. Pude preferir dejarte vivo y comerte solo a veces, de a poquitos, disfrutar de tu cuerpo y de la sangre que se derrama con tus besos fríos. Pude haberte obligado a caminar en medio de la oscuridad y desnudarte el alma mientras mi boca te despertaba en la cama. Pude ser esa maldita bruja y al instante volver a ser mujer…

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS