Para vos
Sólo podías penetrar por las alturas
y a mi llegaste en el invierno.
Sólo podía mirar el firmamento
y me trajiste el perfume de las montañas.
Eran las tormentas del espíritu
y tu viento serenó mi vida.
Era la incertidumbre de la noche
y sembraste una estrella.
Se congelaron en mi espíritu
el juez y su sentencia,
y tu sol ardiente se enquisto en mi vida.
En mi noche naciste
y desde esta tarde esperamos el amanecer.
OPINIONES Y COMENTARIOS