Hola que tal, soy escritor, siempre he escrito historias de amor, desamor, traición, muerte y olvido, en esta ocasión me incorporo a un tema que es apto para mentes abiertas. Pues hay dos tipos de relatos eróticos, aquellos que no tienen que ver nada con el sexo, si no con la excitación visual y aquellos que son sexuales, este en su caso es sexual.

Esta es la primera historia erótica que escribo, acepto comentarios… Por cierto, si recibes este documento de parte mía ten por seguro que confió demasiado en ti, si lo recibes por medio de otra persona espero te guste…

Mil personas hay en este instituto y nadie que me llame la atención más que ese muchacho llamado Nick, era el hombre más deseado por todas nosotras, y aun así no tenía novia, así que el premio era todavía mejor, yo era una mujer trigueña, de 1,70 mts de alta, dicen que tengo una carita muy atractiva, mi cabello es de color castaño y lo tengo hasta mis caderas, mi busto es mediano para mi cuerpo, pero lo que realmente es atractivo para los hombres es mi cola, la tengo paradita, mis caderas son anchas y tengo un vientre casi plano, me encanta bailar y no hay nada más que me guste que acostarme con un tipo que sepa excitarme y bailar para él, mi mejor amiga se llama Camile, es bastante parecida a mí, pero ella tiene un busto un poco más grande que el mío, su rostro es divino, tanto que no sé cómo hace para mantenerlo tan fresco y atractivo, tanto que muchos hombres no le ven sus bustos si no su ostro, tiene una cola bien formadita y le gusta mucho hacer ejercicio, con ella hice una apuesta del que pudiera acostarse con Nick primero le tenía que dar una botella de tequila a la otra, aún no hemos estado cerca de nada, pero es solo cuestión de paciencia.

Fue un viernes me acuerdo bien, habíamos salido del instituto con dirección a la casa de Camile, casi siempre llegábamos a ver películas, a hablar hasta altas horas de la noche y a comer, las dos trabajábamos de cajeras en una tienda y un día atrás nos habían pagado, así que antes de entrar a la casa entramos a un salón de belleza a retocarnos un poco, cuando llegamos a la casa de Camile, Andrey, el hermano de Camile estaba jugando videojuegos en el televisor de la sala, saludamos y seguimos de largo al cuarto de camile, allí veíamos unos videos porno y hablábamos de las maravillas del sexo, cuando de repente me dice Camile que desea ir a bailar, las dos teníamos ganas de divertirnos y de salir un poco de la rutina que tanto nos acompleja, siempre llevaba una ropa para estas ocasiones así que la saque y me la puse, era un vestido que me ceñía el cuerpo y dejaba ver mi cintura por los costados, y la espalda quedaba un poco descubierta, me puse unos tacones negros y unas medias veladas con flores de color negro, Camile por su parte escogió un pantalón descubierto por un lado que permitía ver sus prominentes piernas y una blusa escotada, que al verla pensé en que si la abrazaba un seno se escaparía, por debajo de mi vestido solo tenía una tanguita de encaje sin corpiño del mismo color del vestido, nos miramos al espejo y aceptamos la vestimenta, de un momento a otro nos empezamos a reír porque el gato de Camile nos está mirando con las pupilas bien abiertas.

Cuando Andrey había terminado de jugar se puso a tocar guitarra, en eso nosotras íbamos de salida, cuando él nos vio casi rompe una cuerda de su apreciada guitarra, nos dijo que estábamos demasiado insinuantes y vistosas, (aunque las dos sabíamos que yo le gustaba a él), así que nos dijo que no deberíamos salir, pues que al vernos así ningún hombre se podría resistir, en medio de toda su charla paternal le manifestamos que íbamos a la casa de Charlotte y que no saldríamos de allí, la verdad yo solo quería divertirme no importaba donde fuera, pues aunque últimamente no saliera poco yo quería pasar esos cortos momentos de la mejor manera, y si fuera de la manera sexual, pues he tenido la fortuna de tener un amigo con derechos con el que he conocido casi todos los secretos del sexo, es el único que me ha hecho sentir un verdadero orgasmo, aun cuando ya he estado con otros hombres y podría estarlo, con él siempre está dispuesto a una tarde libre.

Nos despedimos de Andrey mientras que el UBER llegaba, nos subimos y partimos rumbo a la discoteca que solíamos frecuentar. El conductor no paraba de vernos de manera disimulada mientras nosotras hablábamos de que íbamos a tomar, yo iba en la parte de atrás y estaba recostada entre las sillas delanteras, mientras que Camile se giraba para hablarme, hasta que me cansé de estar en esa pose así que me recosté en la silla, en ello el conductor movió un poco el espejo retrovisor permitiendo ver en un Angulo mi entre pierna, me siento un poco incomoda pero también atraída, entonces con mi mano le hago señas mientras estamos parados en un semáforo y me empiezo a subir la falda hasta que queda a la altura de una minifalda, y poco a poco me empiezo a quitar la tanguita de manera disimulada, cuando mi tanguita ha desaparecido siento la libertad de mi cuerpo, y la verdad no me molesta estar de esa manera, pues yo solo voy a divertirme con mi amiga.

Pasados unos minutos de charlas y de mirar muchachos por la ventana veo al conductor con una mirada distinta, tiene una vista perfecta de mi conchita, la cual afortunadamente está perfectamente depilada y cuidadita. Me dio vergüenza, me puse rojísima, pero ya me estaba acostumbrando a todo y recordé como momentos antes me la había quitado, algunas mariposas empezaron a revolotear en mi estómago y mis manos se empezaron a calentar. Me estaba excitando y mi conchita empezaba a humedecerse, así que decidí seguir en esa posición y con la faldita hasta esa altura y dejar que la sensación se apoderara de mí, incluso abrí un poco más mis piernas para que pudiera ver aún más mi chorreante conchita, mientras seguía hablando con Camile como si nada pasara en el mundo.

Antes de bajarnos me acerco al oído de Camile y le cuento lo que sucede, extendiéndole mi tanguita en sus manos, ella se sonroja y se comienza a reír, mira al conductor y lanza su brazo hacia mis piernas, tocándome lentamente hasta llegar a mis labios vaginales que estaban empapados, me llama con una voz seductora y yo me acerco, – Hemos llegado – dice el conductor, y en aquel momento Camile me besa metiendo toda su lengua en mi boca, yo no reclamo ni nada, simplemente acepto la situación, siento como su mano empieza a jugar con mi conchita, hasta que me mete un dedo en mi interior, procurando que el conductor pudiera observar la imagen que solo duro unos pocos segundos, después Camile saco su mano de mis piernas y su dedo se lo metió a la boca de la manera más sensual posible, eso dejo loco al conductor que de manera inmediata se bajó, nos abrió la puerta y no nos cobró el trayecto, claro esa no era la idea, pero para nosotras está bien.

Al bajarnos del carro nos miramos y no podemos evitar soltar unas carcajadas por aquello que acababa de suceder, ninguna de las dos somos lesbianas, pero cuando se trata de excitar a un hombre somos expertas, el lugar estaba medio lleno, Camile se fumó un cigarrillo antes de entrar y cuando lo estábamos haciendo pude notar las miradas intermitentes de los hombres hacia nosotras, será una noche muy divertida para nosotras dos pensé en silencio. El lugar no era el más grande que digamos, en el centro había una pista de baile con algunas luces, en sus alrededores había varias mesas ya ocupadas con velas encima de ellas y algunas otras desocupadas, al fondo del lugar se encontraba la barra y fue allí hacia donde nos dirigimos, no podíamos empezar esta gran velada sin nada de alcohol en nuestros cuerpos así que después de dos shots de tequila, cada una pidió una cerveza y nos sentamos en una de las mesas vacías, el lugar empezó a llenarse y no pasaron más de 15 minutos cuando un grupo de cinco chicos iniciaron su sutil cortejo, en menos de nada terminamos metidas entre los cinco muchachos, Camile quedo encerrada por tres de ellos que se jactaban de sus vidas y sus logros, ella y yo nos mirábamos de reojo y nos reíamos ya que los otros dos muchachos quedaron frente a mi haciendo lo mismo. No dejaban de decir las cosas que todos nos han dicho antes, lo bonitas que éramos y de las preguntas constantes sobre la vida amorosa, nos quedamos allí y las botellas empezaron a correr y a acabarse, entre bailes y charlas nos fuimos entonando hasta quedar un poco pasados de la raya, la música nos animaba más y nos apegamos a ese grupo de muchachos dejando que nuestras caderas fueran gobernadas por una fuerza invisible.

He bebido alcohol como nunca antes, siento como mi cuerpo está caliente y mi mente empieza a dar vueltas, aún estoy consciente, la insistencia de unas manos desconocidas empieza a excitarme, la música se mezclaba con las luces y me envolvió en un éxtasis desconocido, traté de buscar con mi mirada a Camile, pero me fue imposible por la cantidad de gente que había alrededor y la escasa luz que se promulgaba, la última vez que la vi estaba bailando con dos de los muchachos, el otro se acercó a mí, ahora tenía a tres hombres los que me rodeaban, habían otras dos muchachas que habían aparecido de la nada, pero que se mezclaron con nosotros como si nada pasara, los dos primeros muchachos aún seguían con la idea de coquetearme, de seducirme, pero todos sus intentos solo me causaban risa, ya estaba cansada, quería sentarme, pero en nuestro lugar estaban las chaquetas y los bolsos, entonces fui a la barra, obviamente los dos muchachos que me habían estado persiguiendo me siguieron, estábamos en la esquina de la barra, pedí un vaso de whisky que fue invitado por uno de los muchachos y empezamos a hablar, casi no los podía ver, esta esquina era aún más oscura que el resto del lugar, pero para mí fortuna podía ver sus movimientos con bastante claridad, deje que uno de ellos colocara su mano en mi cintura mientras hablábamos, su mano empezó a recorrer milimétricamente cada parte de mi espalda y mi cola, hasta llegar a las caderas, cuando su mano pasaba por ellas me excitaba de sobremanera, esa era una de mis partes más débiles, mi conchita ya empezaba a humedecerse mientras que su mano se aventuraba más arriba de lo permitido.

De un momento a otro vi como Camile arribaba con uno de los muchachos, mientras que el otro que la estaba acompañando se quedó con las nuevas mujeres que habían llegado, seguimos hablando hasta que empecé a sentir que esa mano intrépida que había estado excitándome se albergaba en mi cola, me da un pequeño apretón y giro mi rostro buscando al culpable de dicho acto, para mi fortuna es el muchacho más lindo del grupo, claro los demás también eran muchachos muy atractivos pero este era especial, tenía mejor porte, unos ojos azules y un aroma exquisito. Solo puedo sonreírle tímidamente mientras sigo hablando con los demás, mientras tanto maldecía a la oscuridad de aquel lugar pues hacía de cómplice con este personaje. Tomando mi sonrisa como aprobación, su mano se adentró aún más, empezó a subirme el vestido mientras yo disimulaba y aguantaba la excitación a los demás, me entregue a sus caricias y deje que se aprovechara de mi cuerpo, de mi situación. Tan excitaba me encontraba que me acerque más a él y estire mi mano en busca de su pantalón, empecé a acariciar su pene sobre el pantalón, ya se notaba bastante grande y duro. Había tanta gente y cada vez llegaba más que empezamos a sentirnos apretados, la luz había casi desaparecido en el lugar donde estábamos y ninguno de los otros dos amigos con los que estábamos hablando se dio cuenta de nuestra aventurilla. Cuando de pronto en un acto de valor y rebeldía sentí que la mano empezó a subir por mi pierna debajo de mi falda, creí que hasta ahí llegaría y cerré mis ojos ante lo que pudiera pasar, ya no era yo, estaba entregada a él, a ese personaje del que ni siquiera sabía su nombre.

El grupo siguió entre risas y comentarios comprometedores, esa mano se había alejado momentáneamente, había vuelto a acariciar mi espalda, la excitación era de sobre manera, así que quise ir al tocador, escuché una risa culposa detrás de mí, él sabía que sus caricias hacían el efecto que él deseaba. Quería que siguiera, y sin decirle nada alejo su mano momentáneamente, solo para que segundos después volviera a posar su mano en mi cola, empecé a sentir su piel contra la mía, acariciaba y apretaba con delicadeza cada centímetro de mi cuerpo a su gusto, para fortuna mía, él parecía un gran conocedor y me excitaba de la manera correcta. Pasaron algunos minutos, hasta que en un momento dado sus dedos empezaron a acercarse a mi conchita, mi intimidad peligraba, yo me resignaba, al llegar mi intimidad estaba desprotegida, sus manos disfrutaron la humedad sin barrera alguna, se fundieron sus dedos en esa humedad que el mismo me había causado, él me tenía a su merced, me sentía cómoda, le abrí un poco mis piernas para recibir mejor sus caricias, el tiempo parecía detenerse, él se había entretenido jugando con mi conchita mientras que yo aguantaba cualquier expresión que pudiera delatarme, al iniciar la noche nunca pensé llegar a este punto, pero sentí que su dedo se adentraba en mí, sentí una explosión y ya no me importo nada más, me acorde de aquel amigo con derechos, sé que se pondría celoso si supiera esto, pero no podía ya aguantarme, lo único que me importaba era esa mano que me estaba dando el placer prohibido, siguió hurgando en las profundidades de mi sexo, mientras que sin timidez alguna le empapaba sus manos con mis juguitos, los cuales aprovecho para pasar por mi culito, tomo mi mano que aun jugaba con su pene sobre su pantalón y dejo que la cremallera desapareciera, exponiendo solo una delgada barrera de tela entre su pene y mi mano, su mano en mi culito dejo que se excitara hasta que sintió como poco a poco se fue dilatando, hasta que sintió la libertad de hurgar también ese pequeño agujero, penetró mi culito con su dedo, mientras que el otro lo hacía en mi conchita, casi grito del placer que estaba sintiendo entre mis piernas, pero logre contenerme, antes me ubique de tal forma en que mi cola quedara más libre y que él aprovechara el espacio para llenar su mano de todo lo mío.

Camile me llamo y me preguntó algo, no la he oído, estoy en mi danza de placer, me tiro un pequeño hielo, suficiente para despertarme y traerme a la realidad, estaba muy caliente, pero no quería que esto siguiera, así que sin explicaciones y con la voluntad más fiera, aleja la mano, me arregle el vestido, me puse de pie y me dirigí en dirección al tocador. A mitad del camino siento como una mano toca sutilmente mi hombro derecho, me giro y veo que era él, mi acosador, mi tocador momentáneo, que sin titubear palabra alguna abalanzó su brazo por detrás de mí, acercándome a su cuerpo e incrustando sus labios con los míos, dejándome entregada y desnuda en un beso, todo amante quisiera ser besado de esa manera, su mano que estaba detrás mía palmo mi cola y lo llevo contra la pared del pasillo donde se entraba a los baños, me siguió besando mientras sus piernas abrían las mías, empezamos a bailar allí y sentí como su pene se izaba en medio de ambos, le agarre el cuello y lo bese, mi mano derecha busco su pene y dejo que jugara con él. Pasamos unos segundos allí, parados, apoyados contra la pared y besándonos sin importar que la gente tratase de pasar, se abalanzo sobre mí y sentí su mano en mi cola. – ¿Cómo había llegado tan rápido hasta allí? – su dedo volvió a adentrarse en mi culito, lo deje por unos segundos hasta que lo separe de mí, me acerque a su rostro y deje que mis labios estuvieran a la altura de su oreja, y le dije – ven conmigo – y sin más, me dirigí adentro del pasillo había tres puertas, la del baño de los hombres, el baño de las mujeres y el cuarto de la limpieza, la abrí y lo metí sin temor a que alguien me estuviera observando, apenas cerramos la puerta empezamos a besarnos y a tocarnos, su mano ya estaba en mi conchita y sus dedos entraban y salían de mi con libertad culposa, yo por mi parte le desabroche el pantalón y le baje los bóxer que nos habían separado anteriormente, agarre su pija, era enorme y estaba durísima ( debía de tener unos 20 cm), ya estaba un poco húmeda así que jugué con esa pija como si fuera una vieja amiga.

Seguíamos besándonos y masturbándonos sin parar, hasta que lentamente un orgasmo se apodero de mí, lo separe unos segundos, pero también quería verlo acabar, así que me arrodille sin decirle nada, baje su pantalón aún más de lo que ya se lo había bajado y me encontré con esa verga erecta que suplicaba por terminar o estallaría, la agarre con mi mano derecha y empecé a subirlo y a bajarlo con una velocidad controlada, mientras que mi mano izquierda estaba en mi conchita consintiéndola un poco. Escuché un gemido que venía de arriba, era el momento, metí su polla en mi boca, tragándomela completamente, empecé a sacarla y a meterla constantemente, mi mano derecha ahora le acariciaba sus testículos (soy muy buena chupando pijas según dicen los hombres con que estuve). Él estaba muy caliente, así que la quinta o sexta vez que me la meto en mi boca me dice – Me vengo – yo, sin perder tiempo me la meto hasta la garganta y recibo todo su semen, lo bebo como si fuera un manjar (hasta ahora esa técnica solo la había practicado con mi amigo, con ningún otro hombre que haya estado), sentía su mano agarrando mis cabellos como asegurándose que no escapara de aquel lugar.

Después de ese momento saco su polla de mi boca y la limpio con mi lengua hasta no dejar rastro alguno de su leche, la dejo en la punta de mi lengua para que mi amante ocasional la vea antes de engullirla. Me pongo de pie nuevamente y lo beso apasionadamente, en ese momento abren la puerta tras nosotros, me asuste y me sobresalte un poco, pero veo que es Camile, viene acompañada de uno de los muchachos, su entrepierna esta erecta y parece que va a salir en cualquier momento, Camile me mira y me dice que me estaba buscando, de la nada me busca de la cabeza y lleva sus labios a los míos, al terminar ese beso recuerdo que no había tragado la leche, Camile me mira y dice – mmm rico, ¿estás bien?, a lo que le respondo asintiendo con la cabeza. Toma mi mano y la dirige bajo su falda, sus medias y su tanga habían desaparecido, palpe directamente su conchita desnuda, siguió con su recorrido pasando por su culo y sus piernas, estaba húmeda y chorreaba un espeso jugo, reúno un poco y me lo llevo a la boca, su sabor es delicioso, miro a Camile y le sonrió, ella me responde con una sonrisa, dice que ira tras los otros chicos, pero antes ella cierra la puerta y mi amante y yo vemos como le baja el pantalón y le hace una mamada sin miedo alguno

Este chico no podía creer lo que estaba pasando consigo, creímos que no duraría mucho, pero Camile se apartó de su verga, Camile se puso de pie y se dio vuelta, se abrió de piernas y agarrando su pija la apoyo en su culito – Métemela hasta el fondo y sin miedo que ya está abierto – dijo mirándome con una sonrisa, se estiro un poco y metió su mano bajo mi vestido y su mano se liberó ante mi clítoris. El chico no se hizo rogar y de un empujón se la metió hasta que los huevos chocaron contra su concha, se escuchaban gemidos de placer de ambos y mi amiga aún seguía masturbándome. Yo no podía crees que la cola de Camile soportara semejante aparato, que entraba y salía a su acomodo como si ya estuvieran ambos acostumbrados, pero lo que más me llamo la atención es que hasta ese día Camile nunca me había tocado, pero me encantaba como lo estaba haciendo y parece que a nuestro chico también le gustaba, el otro muchacho con el que yo había estado había salido en un momento en el cual no me di de cuenta, poco tiempo paso para que el chico terminara provocando en mi amiga un orgasmo indescriptible y Camile en mi otro completamente diferente al que había sentido antes.

Cuando el muchacho termino de hacerlo, ella se organizó y salió a ver si había alguien cerca, al ver que no había nadie entro y cero la puerta diciendo – bueno yo lo limpio a él y tu límpiame a mí – sin decir nada le vuelve a hacer un oral limpiándole todo y yo totalmente excitada me agacho y procedo a hacerle el oral a ella, cuando acabamos, el chico se levantó y Camile me dio un nuevo beso de lengua y antes de irse me agarro mi cola con un suave apretón, luego me mira y dice – iré por los otros, este es todo tuyo – abre la puerta y sale como huyendo en busca de algo, deja cerrada la puerta tras su salida. Nosotros nos quedamos anonadados de todo lo que ha pasado, nos miramos y totalmente excitados nos acercamos para empezar a besarnos, en un momento el me gira y quedo contra la pared, y acercándose a mi oído me dice – te toca a ti – comenzando a besarme el cuello y metiendo sus manos en mis pechos, siento como los maneja y como los consiente, mis pezones están erguidos, note como se agacho y los metía en su boca, los mordía y lamia, no supe el momento en que el escote cedió, y yo por mi parte jugaba con su pija mientras también me consentía a mí misma. Era increíble, no tenía voluntad sobre mi misma, estaba completamente borracha, sin nadie que me dijera algo malo, completamente excitada, con la verga de otro hombre en mi mano, mientras este estaba ocupado con mis pechos y yo me masturbaba, además de haber vivido mi primera experiencia lésbica en mi vida y de haber probado el semen de dos hombres diferentes y el de Camile, en mi primera salida después de tanto tiempo. Me preguntaba que me esperaría después.

El chico empezó a besarme el abdomen, yo aún estaba pegada contra la pared y sus manos estaban enganchadas a mis caderas, un calor recorrió todo mi cuerpo, eran sus labios en mis caderas, cuando de un momento a otro se apartó, solo para que segundos después sus labios entraran a jugar con mi clítoris, su mano izquierda aún estaba en mi cintura, y su mano derecha jugueteaba con mi conchita, pero a decir verdad él no era tan bueno como su otro amigo, pero como estaba tan excitada me vine en su cara, mientras el me seguía haciendo oral yo le jalaba sus cabellos y gemía por el orgasmo que había vivido. Sin dejarlo terminar de limpiarme, hundió su cara en mi cola y siguió haciéndome oral, mientras nuevamente sus manos masajeaban mi clítoris y se adentraban a su acomodo.

Sabiendo que él no podría aguantar mucho, así que le pedí que me cogiera como nunca lo había hecho en su vida, y casi de inmediato sentí como su pija se adentraba en mi interior, lento, pero sin detenerse hasta asegurarse que había entrado completamente. Cuando estuvo toda adentro, colocó sus manos en mi cadera y empujo tan fuerte que empecé a sentir un dolor soportable, no sé porque, pero me excito terriblemente, le grite – ¡Cógeme como animal, quiero esa polla bien dentro! – Automáticamente empezó a aumentar la cadencia de sus movimientos, solo podía escuchar su piel chocando contra la mía, me costaba mantenerme de pie aun cuando estaba recostada contra la pared. Estaba tan excitada y esa verga me estaba dando tanto placer, que tarde solo unos minutos en empezar a gemir, los orgasmos se hicieron presentes en una cadena incontrolable. Sentí que se estaba cansando, y que pronto acabaría, en medio de mi excitación le grito – ¡Lléname de toda tu leche, quiero que te vengas en mí!!! -, y mi segundo amante ocasional se vino dentro de mí, pudiendo sentir como su semen recorría mi interior.

Pasados unos segundos con esa verga dentro de mí que en momentos parecía que me partiría en don, la sacó, pero seguía erecta, no lo podía creer, después de todo lo que quien sabe le hizo Camile y después de lo que le hice yo aún está en pie, y yo, caliente todavía y excitada de sobremanera, quería más y más, así que aunque hubiera acabado con mi conchita le digo que quiero su pija en mi culo, él sonrió y con su dedo mojó mi orificio más pequeño con la humedad que había sobre mí conchita, poco a poco empezó a meterlo para dilatarlo. Le repetí con la cara totalmente transformada de excitación – dije: ¿ahora, o no entendiste? deja eso y métemela – eso pareció excitarlo aún más y apoyó su glande sobre mi culito, comenzó a empujar y de a poco a entrar, dolía un poco, pero quería ser enculada con furia. Cuando entró la cabeza sentí que llegaba otro orgasmo así que le grité – métemela toda, rómpeme el culo de una vez – y empujó tan fuerte que casi me caigo, pero ya estaba toda adentro, yo sentía un dolor insoportable, pero a su vez estaba experimentando otro orgasmo múltiple. Comenzó a bombear en mi culo y el dolor se transformó en placer infinito y yo seguía teniendo orgasmos, uno tras otro. En pocas embestidas siento que empieza a tirarme su leche dentro, y yo casi me desmayo de placer.

Tras unas ultimas embestidas, él, saca su polla, yo me giro sin decirle nada y arrodillándome me la meto en la boca para nuevamente disfrutar su néctar, lo miro y veo que esta exhausto pero feliz. Cuando deje su pija limpia me toma de mis cabellos y me besa apasionadamente, se arregla un poco y me arregla un poco, salimos tomados de la mano, me dio otro beso y me dice al oído – Nunca había estado con una mujer como tú – , me deja su número en un papel que saco de uno de sus bolsillos, y se fue directamente al baño, yo me quedo allí unos segundos hasta tomar la decisión de ir también al baño. Pasaron unos pocos minutos hasta que Camile entra, me mira y sonríe diciendo – Me cogí a otros dos tipos y me chorrea semen -, la miro y no se ve tan mal, – a mí también me pasa lo mismo – le digo, entonces se recuesta contra la pared y mirándome a los ojos me ordena que la limpie, meto mi cara entre sus piernas y bebo los juguitos que salen de su conchita, cuando termine de hacerlo, ella se pone de pie y hace lo mismo conmigo, pero deja que su lengua juegue con mi clítoris, ya excitada y limpia me gire, nos volvimos a besar y nos organizamos, salimos de allí. Ya era tarde y estábamos cansadas, así que nos fuimos de la discoteca, tomamos un taxi y nos dirigimos a la casa de Camile, me quede dormida todo el camino, al llegar a la casa veo como el conductor del taxi le pasa su número a Camile y se despiden de beso en la mejilla, la miro sonriéndole y entramos a la casa, a la mañana siguiente no podíamos creer la noche que habíamos vivido, no dijimos nada, y solo pensamos en salir más seguido, tal vez la próxima invite a mi amigo….

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS