Te echo de menos papá, añoro nuestros juegos.

¿Cómo puede sentirse rabia por que un padre te abrace?. Abrazándome te marchaste, un abrazo que quisiera no me hubieras dado, sólo yo debería haber quedado bajo esas ruedas. ¿Por qué corriste a dármelo?.

Recuerdo cuando ponías tu dedo bajo mi nariz y con media sonrisa me pedías que no lo mordiera. Yo lo cogía con mi manita y lo besaba mirándote a los ojos. Luego lo bajabas hasta mi ombligo y me hacías cosquillas.

Hoy soy yo quien se lleva el dedo a la boca para después hacerme cosquillas recordándote.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS