Enamorada de su ceguera.

Enamorada de su ceguera.

B

22/07/2017

Bajo las sábanas

de un domingo noche,

dormía una ciega

que miraba al mundo

con ojos de murciélago.

Ella volaba,

se sentía libre,

estaba enamorada,

pero solo se guiaba

por su instinto envenenado

al batir sus alas.

No se choca,

ve el mundo desde sus pupilas,

y le encantan las vistas

sin saber que la ceguera

sólo le quita luz

y una apreciación realista

de la vida.


Ese domingo noche,

en la que ella estaba adormecida,

entró por su ventana

algo que no se esperaba,

algo con lo que todos

hemos tenido que lidiar.

Le llegó un olor fuerte,

se empezó a asfixiar,

y es que había entrado

un duro golpe de realidad.

Se despertó de un susto,

la ceguera se fue,

y en cuanto abrió los ojos

miró a la decepción,

se le helaron los pies.

Cara a cara,

una con otra,

en el silencio más ruidoso

jamás escuchado,

las expectativas huyeron

no se sabe a dónde

y las alas se disiparon.

Todo ocurria como en cualquier sueño barato.

Dejó de volar

para poder avanzar

curada del veneno

que sólo le brindaba irrealidad.

Se equivocan

los que dicen sin pensar

que el mayor enemigo

es aquél que lucha contra tu integridad.

Se equivocan,

porque el mayor enemigo

eres tú

cuando permites que ese amor

te ciegue,

te seduzca,

te haga olvidar que ese vuelo es por

un humano de hueso y alma

y no de un dios griego

que va a acariciar todas tus expectativas.

Se equivocan.

Se equivocan

cuando dicen que el amor

se puede domar,

ya que éste siempre vuelve

cuando la decepción

se va.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS