Sangran mis labios cuando te pienso,

queman mis ojos cuando te lloro

y un suave aroma de miel e incienso,

llega a mi cama cuando te imploro.

Ay, si yo pudiera traer de vuelta,
tus dulces besos hasta mi boca.
En estas horas tristes, inciertas,
mi cuerpo entero tu amor evoca

Ay, alma mía, tormento amado,
aquí en tu almohada duerme el rocío.
¿Por qué la muerte me ha arrebatado
lo que hasta ayer era solo mío?

De mi garganta brota un quejido,
la noche gime como mi hastío.
Cae mi cuerpo, casi vencido,
sangran mis labios, muero de frío.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS