Cartas a la luna

Cartas a la luna

Ruos Hernoi

20/07/2017

Quisiera escribirte palabras bellas como siempre lo hago pero hoy no puedo, me he cansado, estoy muriendo.

Siempre caigo en el mismo temor y en el paciente abismo del amor.

Te amo y me voy, es cierto, pero la inmensidad del cielo no es nada si no la comparto contigo.

Quisiera tenerte cerca, siempre a todas horas, a cada segundo, hasta acabar el día.

Te llevo sobre mí como si fueras mi segunda piel, mi otra alma, mi razón de ser.

Quisiera caminar junto a ti debajo del mar; llevarte hasta los pies del mundo, hasta aquel lugar donde las penas no existen, hasta aquel lugar donde los vientos cantan

Toma mi mano luna mía, cantemos, bailemos, naveguemos entre las espigas de luz que nacen del cielo.

Te siento en la distancia, te pienso tan cerca, te necesito aquí. Me canso a veces de ti, te odio incontrolablemente pero te quiero, te quiero dulcemente.

Tu claridad parece una nube perdida en la tarde, vagando, volando, soñando.

Yo te atrapo entre las redes de mis ojos y siento como te pierdo, como el agua corriendo entre mis manos

Te espero, asustado, llorando en algún rincón de este ajustado mundo, me refugio entre vicios, entre fantasmas perversos, entre mentiras piadosas.

Qué haría sin ti corazón mío, alma mía, siempre mía. Espejo del sol, mujer errante. No puedo tenerte, huyes de mi, te escondes.

Qué haría sin tus claros ojos, eres la única que me ve entre tanta gente, sin tus oídos que escuchan las canciones que no puedo escribir.

Qué haría sin los furtivos besos que nacen en el silencio secreto de tus labios, sin el infinito cielo emplumado que a tu pecho adorna como collar de flores.

Qué haría sin tu risa que mi vida alegra,sin tu lejana imagen que viene a mi encuentro en noches como esta, sin tu sexo que adoro entre pensamientos eróticos y divagantes.

Qué haría sin ti bello ángel, dulce hada, suave ninfa, diosa de mis templos, árbol frondoso.

Qué haría sin tu vientre dulcísimo que quiero fecundar y ser el padre que nunca tuve, sin tu indiferencia a veces fatal que me mata poco a poco cuando quiero vivir, sin tu nocturna presencia que ilumina mi obscuridad, sin la magia de tus blancas alas que a mis cartas hacen volar.

Qué haría sin tu existir, sin tu silencio, sin la distancia, sin este deseo de no despertar jamás, porque paseando entre sueños, solo entre sueños, de ti, luna mía, me he vuelto a enamorar.

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